Cuando hablamos de educación afectiva hacemos referencia al ambiente positivo y al cariño incondicional que necesitan los niños de su entorno más cercano y familia para desarrollarse adecuadamente. Este cariño y amor recibidos hará que los pequeños se puedan convertir en adultos capaces, seguros de sí mismos y con autoestima elevada para aprovechar la vida al máximo y siempre con pensamiento positivo.
Resulta muy importante desarrollar una buena educación afectiva. Por eso, te quiero dar algunos consejos para que puedas educar la afectividad en casa a partir de ahora mismo.
Para que tu hijo pueda enfrentarse a la vida con éxito deberá sentirse seguro de sí mismo y tener una buena autoestima. Para eso es primordial que se sienta querido tal y como es, con sus defectos y sus virtudes, sobre todo dentro del núcleo familiar.
La escuela en casa
Cuando hablo de comunicación no sólo me refiero al lenguaje hablado, el lenguaje no verbal también tiene mucha importancia en la educación afectiva.
Es importante que tu hijo sepa qué esperas de él para que pueda hacerlo, para ello en la comunicación entre padres e hijos no pueden faltar normas claras y concretas para encontrar el equilibrio entre los límites, la exigencia y el cariño. Así tu hijo tendrá confianza y se sentirá seguro en casa. Pero te aconsejo que huyas de los estilos de educación autoritarios o sobreprotectores, céntrate en un estilo educativo asertivo y equilibrado.
Además, debes pasar tiempo con tus hijos: juega con ellos, ocúpate de sus cosas…que vean y sientan que estás allí siempre.
La familia es la mejor escuela que pueda existir y la que tiene mayor peso en la educación y desarrollo de los hijos. Tu forma de querer es lo que aprenderán desde pequeños. Los niños tienen capacidad de percibir los detalles más pequeños e incluso aquellos que los adultos pasamos por alto.
Los sentimientos como prioridad
En ocasiones los adultos dejamos de lado los sentimientos de los niños porque «no son importantes».¿Te parecen que no son importantes? Si un padre o madre no se centra en buscar qué hace que el niño se sienta como se siente o lo descalifica, no ayudará en absoluto a que su hijo crezca ni se desarrolle adecuadamente, además del sufrimiento interno y emocional que le provocará al menor.
Así que te aconsejo que tomes en serio los sentimientos de tus hijos para poder conocerlos, además te animo a que potencies y ayudes a tu hijos a exteriorizar esos sentimientos y que hablen de ellos, que le pongan palabras a aquello que sienten y a lo qué les pasa. Escucha y trata de comprender a tus hijos, especialmente cuando a partir de los 5 años en adelante.
¿Verdad que te gusta que te quieran tal y cómo eres sin necesidad de tener que mostrar apariencias? Pues a tus hijos les pasa igual. Recuerda que según cómo tu hijo vea que tú quieres, aprenderán a querer ellos. Así que no pierdas ninguna oportunidad para decirle que le quieres, demostrarlo y darles seguridad y una buena educación afectiva.