La intención de Barack Obama de aumentar la presencia militar en Europa del Este indica una discordia entre los miembros de la OTAN, señalan algunos expertos.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha pedido al Congreso que apruebe una inversión de 1.000 millones de dólares para aumentar la presencia militar estadounidense en Europa del Este. Ello indica un cambio de vector de la política estadounidense de Asia a Europa, opina David Speedie, director del programa de cooperación global de EE.UU. del Consejo Carnegie para la Ética en Asuntos Internacionales.
El hecho podría señalar una discordia entre los miembros de la OTAN, cuyos miembros europeos no cumplen sus compromisos de gastos para las tropas de la Alianza, dijo Speedie en una exclusiva a la agencia rusa RIA Novosti.
«Solo 4 países de la OTAN gastan el 2% de su PIB en la defensa, como exige el estatuto de la organización», señaló Speedie. «Aparte de EE.UU., solo el Reino Unido, Grecia y Estonia gastan el 2% para estos fines».
El martes, en una rueda de prensa que dio Obama junto al presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski, Obama llamó a los demás miembros de la OTAN a aumentar sus gastos en defensa y a no esperar siempre el respaldo de EE.UU.