Un documento secreto revela que la Fuerza Aérea de EE.UU. estuvo dramáticamente cerca de la detonación de una bomba atómica en Carolina del Norte. El artefacto era 260 veces más potente que el lanzado sobre Hiroshima.
El documento secreto, publicado por el Archivo Nacional de Seguridad de EE.UU., revela que una de las dos bombas de hidrógeno Mark 39 que viajaban a bordo de un bombardero modelo B-52 de las Fuerzas Aéreas estadounidenses se encontraba en la configuración de ‘armada’ en el momento en el que una avería en pleno vuelo provocó su lanzamiento cerca de la ciudad de Goldsborode, en el estado de Carolina del Norte el 23 de enero de 1961.
Según el documento, debido a que la bomba de cuatro megatones descendió en caída libre, sin el funcionamiento del paracaídas, el temporizador no inició la batería de alto voltaje de la bomba que activa el arma. Además el choque dañó los contactos del interruptor, que tenían que estar intactos para detonar el arma.
De acuerdo con un funcionario del Archivo, algunos días después del incidente el secretario de Defensa Robert McNamara señaló que «por una casualidad milagrosa se evitó una explosión nuclear». Los expertos explican que el ministro tenía en mente la ruptura de los dos cables de conexión que evitaron la activación de la bomba.
Si la bomba hubiera detonado, las consecuencias podrían haber afectado a Washington, Baltimore, Filadelfia e incluso a la ciudad de Nueva York, poniendo en peligro la vida de millones de personas.