El celular de Yulieski Gourriel no dejó de sonar mientras se dirigía a la sala de embarque del aeropuerto capitalino acompañado por sus familiares. Los amigos le llamaron para desearle mucha suerte.
Viajeros y trabajadores del aeropuerto no dejaron pasar la oportunidad de sacarse una foto o pedirle un autógrafo a una de las mayores estrellas del béisbol cubano actual, poco antes que se montara en el avión rumbo a Japón para integrar el equipo profesional Yokohama Dena Baystars.
«¡Suerte, mucha suerte Yuli!», le gritaron varios aficionados.
Un sismo causó en el mundo del béisbol cubano el contrato de cerca de un millón de dólares de Gourriel con Yokohama Dena Baystars, como también el de un millón y medio de su compatriota Frederich Cepeda, con los Gigantes de Yomuiri, ambos equipos de la Liga Central japonesa.
Los fichajes son productos de la nueva política deportiva en Cuba, un país que eliminó el profesionalismo en 1961, algo que no trastornó a Gourriel quien afirmó a la AP antes de su viaje a Japón que «para mí lo principal siempre ha sido la camiseta de Cuba y nunca el dinero, si no pensara así no estaría aquí en mi país».
«Estaba esperando esta oportunidad desde hace mucho tiempo, quiero saber cuál es el techo de Yulieski como pelotero. Para mí es un sueño hecho realidad, intervenir en el béisbol profesional de Japón, el segundo del mundo después de Estados Unos» agregó el pelotero.
El antesalista cubano de 30 años comenzó bien en Japón; después de tres cotejos bateó para .417 con cinco hits, un cuadrangular y un doblete. En tanto Cepeda ostentó un discreto .182 con 10 hits, 4 jonrones y 1 doble en 21 juegos.
Gourriel consideró que, junto con Cepeda, tienen «una responsabilidad grande; el primer objetivo es jugar béisbol y hacerlo bien para abrirles las puertas a los demás jugadores cubanos».
Se desconoce el monto exacto que recibirán Cepeda y Gourriel por su contrato en Japón. Sin embargo en un programa de la televisión cubana dedicado a la remuneración de los deportistas, Vladimir Regueiro, director de ingresos del ministerio de Finanzas, explicó que se les aplicará la Ley del sistema tributario, «con adecuaciones atendiendo a la corta vida del atleta en el alto rendimiento».
De acuerdo a la nueva escala de compensaciones para los deportistas puesta en vigor este año, Cepeda y Gourriel, ambos campeones olímpicos en 2004, tienen un ingreso mensual de unos 460 dólares. Antes de la nueva regulación, los deportistas de alto rendimiento cobraban mensualmente entre 400 y 600 pesos cubanos (16-24 USD), y además un estímulo de entre 300 y 50 USD para los medallistas olímpicos y mundiales.
Según Regueiro no será un impuesto sobre el salario básico, sino un tributo de cerca de 20% por los diversos ingresos y contribución al Seguro Social.
En Cuba más del 90% de los trabajadores son estatales, no pagan impuestos sobre los salarios ni contribución al Seguro Social, los servicios médicos son gratuitos para los cubanos.
Con las nuevas medidas económicas del presidente Raúl Castro y la apertura al trabajo privado se retomó el pago de ciertos impuestos con tasas bastantes altas para los trabajadores no estatales.
Alexander Malleta, infielder de Industriales, aseguró que la nueva política es «un estímulo que esperábamos y necesitábamos, debe seguir y pienso que podría mejorar un poco más».
Circulan versiones de que los clubes japoneses quieren contratar más cubanos, y la lista de los candidatos incluye astros como el pitcher novato del año Vladimir Gutiérrez, de 18 años, y los jardineros Yadiel Hernández y Yasmani Tomas.
Cuba, donde el béisbol es el deporte rey, erradicó el profesionalismo en el año 1961, dos años después del triunfo de la Revolución encabezada por el exmandatario Fidel Castro, y por su hermano menor Raúl Castro, actual presidente de Cuba.
Pero durante más de 50 años se coqueteó con el deporte rentado, y Omar Linares, por ejemplo, jugó en la Liga profesional de Japón con los Dragones de Chunichi en el 2000, si bien lo hizo después de retirarse en la isla.
Otro cubano, Alfredo Despaigne, incursionó en 2013 y 2014 en el Béisbol Mexicano con los Piratas de Campeche, pero fue suspendido por utilizar un pasaporte falso.
Los peloteros cubanos que desertaron para jugar en Grandes Ligas firmaron contratos millonarios, como José Abreu, 68 millones con los Medias Blancas de Chicago, o Yasiel Puig, 42 millones con los Dodgers de Los Angeles, por mencionar algunos.
La contratación de los cubanos en activo en la isla por Grandes Ligas está sujeta a las leyes del embargo de Washington contra Cuba, que desde hace más de 50 años prohíbe casi todas las transacciones comerciales con el país caribeño. Cuba necesitó un permiso especial del gobierno estadounidense para participar en las tres ediciones del Clásico Mundial de Béisbol (2006, 2009 y 2013) y la Serie del Caribe que organizan Grandes Ligas.
Para Lourdes Gourriel, padre de Yulieski, integrante del equipo Cuba campeón olímpico en 1992, es hora de cambiar de política en la isla como en Estados Unidos.
«Esta puerta que se abre para el béisbol cubano era necesaria porque nosotros estábamos estancados… es hora también que se acabe el embargo y esas limitaciones a las contrataciones de los cubanos que viven en Cuba. El mejor béisbol del mundo es el de Grandes Ligas, todo beisbolista sueña con medirse allí, a Yulieski le gustaría, a mí me hubiera gustado en mi época».
Gourriel padre explicó que «Yulieski y los demás cubanos tienen representantes que se van a hacer cargo de las cosas del dinero», en tanto agregó que los nuevos ingresos son «de una gran ayuda para el jugador y para toda su familia».
A pesar de la gran diferencia entre los contratos de Cepeda y Gourriel con los cubanos de Grandes Ligas, Gourriel dijo: «yo creo que la separación con la familia, que para mí es crucial, no vale ningún dinero del mundo».
En tanto Malleta consideró que «un millón dentro de Cuba representa mucho más que fuera, porque aquí uno lo tiene todo, su familia, sus amistades, su vida».
LA HABANA (AP)