Glenn Hermes, natural de Arlington, aseguró al Fort Worth Star Telegram que tras serle detectado un cáncer, sufrió un diagnóstico erróneo y perdió parte del riñón que tenía sano, limitando considerablemente su función renal.
Hermes, de 55 años presentó una demanda judicial contra el urólogo y el radiólogo que le atendieron por malas prácticas. Los médicos no han respondido a su demanda inmediatamente, de forma que Hermes no sabe si necesitará diálisis, un trasplante de órgano o un tratamiento médico de elevado costo, todavía está esperando su respuesta.
«Estoy llegando a ese momento de la vida dónde debería disfrutar de cada minuto y pensar en retirarme, no en someterme a un trasplante. Esto es muy desestabilizador», dijo Hermes.
Sin embargo sus problemas no acaban ahí. Para someterse a un trasplante debería pasar cinco años sin cáncer y ni siquiera así el éxito de la operación estaría garantizado.
Su mujer, Bernadette está preocupada por las posibles complicaciones del hecho, teme que sufra una infección o se agrave su mal.
A pesar de todo explica: «Intento ser optimista y positiva, pero soy consciente de que su riñón puede dejar de funcionar en cualquier momento».
AGENCIAS