Cómo alejar a los gatos de la casa

¿Alguna vez has querido saber cómo alejar a los gatos definitivamente? Bueno, hoy te ofrecemos varias posibilidades. Aunque suene un tanto insensible, la realidad es que cuando los animales no son de uno se convierten en un verdadero estorbo y si son de esos que tienen que dejar algún recuerdo de su paso por nuestra casa, ¡grrr, peor!

Hay ciudades como en la que yo vivo, en la que los gatos son verdaderas plagas y hacen desastres. No dejan una maceta en pie, se tumban sobre el coche, ¡orinan en las plantas!, por eso entiendo que es preciso encontrar algo efectivo con qué ahuyentarlos.

Cómo ahuyentar a los gatos

Puntas plásticas

Cuando el problema es que se meten en tu huerto o jardín, intenta colocar en la tierra puntas plásticas, de cristal o algo que les resulte molesto a la hora de transitarlo o intentar cavar en la tierra.

Ruda como repelente

Esta es una planta que a pocos les gusta, incluyendo a los humanos, debido al fuerte olor que desprende; sin embargo, puede ser una buena solución para espantar a los gatos. Además es un arbusto que no requiere de cuidados y se adapta muy bien a diferentes terrenos, una vez que haya crecido esparce un poco de ruda en otras partes de la casa en donde no quieras que vayan los gatos.

Productos naturales para repeler a los gatos

Cítricos y café

Las cáscaras de cítricos como naranja o limón o restos de café molido (utilizado) son aromas a los que los gatos escapan; lo bueno es que esparcirlos entre tus plantas o en los rincones de tu patio o casa no dañará a nadie. La dificultad de esta forma de alejar a los gatos es que debes reponer las cáscaras con frecuencia.

Detectores con agua

Si no corres riesgo de mojarte, ¡esto si qué funciona! Se trata de colocar un aspersor que se enciende al detectar movimiento, con lo cual cada vez que el gato decida hacerte una visita terminará mojado.

Pimienta

Esto lo sugiero por experiencia propia, a mí me funciona. Cada vez que abría la ventana para ventilar entraban los gatos, así es que opté por esparcir pimienta en el zócalo de la ventana cada vez que deseo mantenerla abierta y ¡por fin los gatos no se acercan!