La Policía de Nandaime en conjunto con iglesias evangélicas y otras organizaciones, llevaron a cabo un Plan Piruca, en esta ocasión no para llevarlos a la cárcel sino con el objetivo de sensibilizarlos para que dejen de tomar alcohol o ingerir otras sustancias que los están llevando a la muerte.
En el trabajo realizado se levantaron de las esquinas de la ciudad de Nandaime a más de 40 tomadores consuetudinarios. La jefa de la policía de Nandaime aseguró que estos planes son buenos para motivar a estas personas al cambio, pero también tienen su propósito ya que uno de los que reclutaron, estaba circulado por un delito.
Muchos de ellos se cortaron el cabello, un servicio gratis que ofrecieron los organizadores, y también recibieron una taza de sopa para reanimarlos después de una buena charla, donde prometieron buscar como cambiar su estilo de vida.
Miguel Sevilla