Miles de personas en Filipinas huían de sus casas el martes después de que el tifón más fuerte que haya alcanzado al país este año tocó tierra, derribando árboles y cortando líneas eléctricas mientras avanzaba hacia la capital, Manila.
Funcionarios de manejo de desastres dijeron que al menos 300.000 personas abandonaron sus casas sólo en la provincia de Albay y que casi 6.000 pasajeros de ferry estaban varados en puertos después de que la guardia costera suspendió los viajes.
Alrededor de 40 provincias, ciudades y municipalidades en la principal isla de Luzon, incluyendo a Manila, suspendieron las clases en escuelas y universidades.
El presidente Benigno Aquino dijo que las fuerzas armadas están en alerta total.
«Reitero, el objetivo debe ser minimizar las víctimas fatales y las dificultades de nuestro pueblo», declaró el mandatario.
El tifón Rammasun, con ráfagas de hasta 160 kilómetros por hora y vientos sostenidos de 130 kilómetros por hora cerca de su centro, tocó tierra en la isla Rapu-Rapu, en la provincia oriental de Sorsogon, dijo la oficina meteorológica.
Autoridades de la provincia ordenaron la evacuación en zonas bajas y costeras, así como en aldeas en riesgo de deslaves.
Tropical Storm Risk elevó el grado de Rammasun a un tifón de categoría tres, en una escala de severidad de uno a cinco.
Se preveía que Rammasun provocara inundaciones de hasta tres metros en aldeas costeras, según la oficina meteorológica. La tormenta sería la primera en golpear directamente Manila en casi cuatro años.
MANILA (Reuters)