Las relaciones entre China y Japon siguen siendo tensas por las islas en disputa. Aunque de momento las partes se abstienen de actitudes abiertamente bélicas, algunos expertos opinan que «es alto el riesgo de una guerra en el Mar de China Oriental».
Hugh White en un articulo publicado en ‘The National Interest’ escribe «que hay una posibilidad real de que la lucha podría ser iniciada deliberadamente por un lado o el otro y si no entendemos las circunstancias que pueden inducir a ese paso de cualquier lado, no podremos tomar medidas para evitarlo», advierte.
«El objetivo principal de China es fortalecer su liderazgo en Asia y socavar a EE.UU. La mejor manera de hacerlo sin enfrentarse directamente a Estados Unidos es debilitar las alianzas y asociaciones en que se basa el liderazgo regional de EE.UU. Por lo tanto, Pekín quiere convencer a los aliados de EE.UU. de que Washington ya no está dispuesto a defenderles contra el creciente poder de China», opina White.
En opinión del autor del artículo, el gigante asiático entiende claramente que la disputa por las islas Senkaku (Diaoyu) «ofrece una oportunidad perfecta para demostrar las vacilaciones de Washington en cuanto al compromiso de ayudar a sus aliados». «Las recientes acciones militares de China por las islas han avivado ansiedades japonesas. En esta situación Washington ha hecho exactamente lo que Pekín esperaba: envió mensajes bastante contradictorios sobre lo que podría hacer en caso de una crisis bélica. Esto, de hecho, ha socavado la confianza de Japon en la alianza».
En esta situación para White es evidente que la reticencia de Obama a participar abiertamente en los conflictos en Libia, Siria, Ucrania e Irak puede ser una señal para Pekín de «que la presidencia de Obama les ofrece una ventana de oportunidad que puede cerrarse después de las próximas elecciones si el nuevo presidente resulta más audaz o más imprudente». Los expertos lo perciben como una «tentación» para iniciar hostilidades abiertas contra Japón.
En cuanto a Japón, el autor dice que «es menos probable que Tokio pueda iniciar deliberadamente un enfrentamiento armado con China».