Al principio de comenzar una pareja todo nos parece perfecto, y hay personas que han conseguido llevar este temprano estado a otros límites de forma satisfactoria. Sin embargo, otras veces, y especialmente cuando decidimos convivir con nuestra pareja, el agobio y la rutina convierten el cuento de hadas en un infierno. Sólo entonces sabremos el por qué es tan importante el espacio en la pareja.
El amor se ahoga
El misterio, la pasión o las sorpresas son características de cualquier inicio de relación. Nos sentimos especiales, queremos pasar todo el tiempo del mundo con esa persona e, incluso, llegamos a descuidar nuestras amistades y aficiones.
A medida que pasa el tiempo ya no queda tanto misterio, la pasión se somete a la rutina y las sorpresas son inexistentes pues «creemos» conocer perfectamente a la persona. Un triste final para un cuento de hadas que se vuelve más tenso cuando pasamos a convivir con nuestra pareja, estemos o no casados.
Un viernes por la noche nos encontramos viendo una película que no nos interesa cuando desearíamos estar de fiesta con nuestras amigas, aborrecemos el mecanismo fijo de todos los días con nuestra pareja y un largo etcétera. Podríamos pensar que ya no sentimos lo mismo, pero en muchas ocasiones todo se debe a una simple razón: la falta de espacio en la pareja.
Y es que es una verdad universal que establecer un cambio de pareja que vive separada a convivir juntos es (desde un punto lógico y social) más obvio, Si el proceso se produce a la inversa nos escandalizamos, nuestros padres lo hacen y la pareja obviamente queda algo desarmada. Pero quizás me esté adelantando.
La falta de libertad y la pareja
Cuando no tenemos libertad, nos ahogamos. De modo que quizás no sea necesario romper una convivencia para vivir separados (algo que por otra parte funciona en ocasiones) sino prevenir la debacle a tiempo.
Si nuestra pareja sale con sus amigos un viernes por la noche tendemos a pensar que no quiere estar con nosotros, nos enfadamos y pretendemos que se quede en casa. ¿Acaso eso es amor? ¿No es el amor la felicidad del otro?
Ceder en ciertas ocasiones, la comunicación y la tolerancia nos ayudarán a establecer unas pautas para que el amor no se convierta en una prisión, sino que se oxigene, se renueve en cada encuentro tras un momento de diversión, soledad o cafés con amigas.
Si nos apetece viajar con amigos durante unos días y hay respeto y confianza en la pareja, no pasa nada, al contrario, se echarán mucho de menos y el reencuentro será mucho mejor. Igual podríamos aplicarlo a una salida con compañeros de la universidad, a un retiro solitario a un spa y otras muchas opciones.
Dentro de casa, también podremos aplicar este espacio, alternando actividades juntos con momentos en los que, por ejemplo, nos apetezca ver esa película que nuestra pareja detesta, dedicar tiempo a nuestro jardín o repartirse las tareas fuera de casa, ganando tiempo y fomentando la cooperación.
El espacio es importante en la pareja porque permite a ambas personas dedicarse tiempo a ellas mismas (trabajo, amistades, aficiones) sin descuidar a la pareja, convirtiendo un nuevo encuentro en algo satisfactorio, permitiendo nuestra propia realización y fomentando un modo más saludable de vida en pareja.
¿Eres de las personas que necesitan espacio en la pareja?