En un comunicado firmado por la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay destacó «la necesidad ahora más que nunca de que se asuman responsabilidades por las crecientes evidencias de crímenes de guerra y un número nunca visto de víctimas civiles, incluyendo 250 niños».
Pillay condenó el bombardeo de una escuela de la ONU el pasado 30 de julio por parte del Ejército israelí, así como otros ataques en colegios, hospitales, centros de culto e infraestructuras vitales como plantas eléctricas en Gaza.
La Alta Comisionada señaló que «el bombardeo de escuelas de la ONU que causó la muerte de mujeres y niños asustados y hombres civiles, incluyendo personal de Naciones Unidas, que buscaban refugio para apartarse del conflicto y de actos horrorosos pueden considerarse crímenes de guerra».
También añadió «¿si los civiles no pueden refugiarse en escuelas de la ONU, dónde pueden estar a salvo? Abandonan sus casas para salvarse y son atacados donde se han refugiado. Esta es una situación grotesca».
En la misma tónica, Pillay recordó que en 2009 la comisión de investigación sobre el ataque israelí contra Gaza hizo una serie de recomendaciones «que a la luz de lo que ocurre hoy tienen relevancia».
Por último recordó que «es imperdonable que la comunidad internacional no pueda encontrar la solución política para aplicar las resoluciones del informe. Estas fueron escritas para evitar futuras violaciones, y para acabar con la impunidad».