Tras una travesía de 6.400 millones de kilómetros durante 10 años, la sonda espacial europea Rosetta llegó a su destino el miércoles en algún lugar entre las órbitas de Marte y Júpiter, un hito en el primer intento de la humanidad de posar un artefacto espacial sobre un cometa.
La travesía de una década culminó con éxito el miércoles tras un impulso de siete minutos que permitió a Rosetta alinearse con el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. El objetivo de la misión es orbitar en torno del 67P a unos 100 kilómetros y observar el cometa en su trayectoria hacia el sol.
Los científicos esperan conocer mejor los orígenes de cometas, estrellas y planetas, dijo David Southwood, quien supervisó el aspecto científico de la misión hasta su retiro recientemente. Las fotos tomadas por Rosetta muestran que 67P tiene una forma irregular, que algunos han comparado con un pato gigantesco de cuatro kilómetros de largo. Esto podría indicar que el cometa está compuesto de dos objetos antes separados o bien que ha sufrido una erosión muy fuerte.
La sonda será la primera que acompañará un cometa en su travesía hacia el sol, cuando 67P empezará a liberar la nube de polvo y hielo que la mayoría de la gente asocia con los cometas.
DARMSTADT, Alemania (AP)