Debido a las protestas de decenas de miles de partidarios de rebeldes chiís que exigen que renuncie el gobierno, el gobierno desplegó el martes tanques y vehículos blindados en la capital de Yemen.
Los manifestantes acudieron en respuesta a un llamado de Abdel-Malek al-Hawthi, líder máximo del fuertemente armado grupo Hawthi que invadió ciudades del norte del país y quien dio al gobierno hasta el viernes para que cumpla sus exigencias de restablecer subsidios al combustible y entregar el poder.
Oficiales militares dijeron que las fuerzas presidenciales de élite estaban en estado de alerta en caso de cualquier ataque, tomando posiciones cerca de edificios gubernamentales, misiones extranjeras y las principales intersecciones. Los oficiales pidieron no ser identificados debido a que no están autorizados a hablar con periodistas.
El Comité Supremo de Seguridad de Yemen, su principal agencia de seguridad, advirtió el martes que tomará «todas las medidas para garantizar la seguridad y protección del país».
«Cualquier acción que tenga la intención de incitar o provocar insurrección y violencia es inaceptable, y será condenada enérgicamente por la comunidad internacional», dijo el comunicado, firmado por «El Grupo de Diez Embajadores», en referencia a los países que respaldaron el acuerdo de transferencia de poder por el cual renunció en 2011 el entonces presidente Alí Abdalá Salé después de un año de levantamientos.
SANA, Yemen (AP)