La escalada del conflicto militar en Ucrania en las últimas horas, con su extensión hasta la ciudad de Novoazovsk, en el sur del país, ha roto las expectativas sobre un inminente alto el fuego aunque, según admite el catedrático de la Universidad de Oxford, Alex Pravda, «aún queda la esperanza de poner en marcha una negociación política».
Precisamente, la reunión bilateral entre los presidentes de Rusia y Ucrania, Vladímir Putin y Petró Poroshenko, mantenida el pasado martes, permite entrever una salida consensuada a los cuatro meses de violentos enfrentamientos entre las fuerzas armadas de Kiev y las milicias pro-rusas, que ha causado más de 2000 muertos.
«Fue un encuentro de dos horas, lo cual ya es un logro que pocos creyeron posible. La escalada de tensiones es una pena porque aleja más las perspectivas de un alto el fuego y del comienzo del diálogo y la negociación política.
Y, claro, las conversaciones y compromisos surgidos de la reunión bilateral son ahora condicionales de una tregua en el conflicto militar», señala a Nóvosti el experto en política exterior en las eras soviética y postsoviética y codirector del Centro de Estudios rusos y euroasiáticos de la prestigiosa universidad británica.
El profesor Pravda está sin embargo convencido de que «habrá una solución política». El camino hacia la estabilización de Ucrania y el entendimiento con sus vecinos ya comienza a avanzar, según explica a Nóvosti, en «dos procesos paralelos. Por una parte, el proceso político, con diálogos intermitentes; por otra, haciendo palanca en el terreno para influir esos mismos diálogos».
«Pero es una táctica peligrosa y una estrategia difícil de gestionar», advierte el profesor de Oxford. «Se puede perder el control de la situación, como ocurrió con el derribo del avión de la aerolínea de Malasia. No se puede controlar totalmente a las milicias. Es una táctica peligrosa para Rusia, para Ucrania y para Europa».
«Lo importante», añade el reputado académico en referencia a la postura adoptada por la OTAN en los últimos días, «es conseguir la desmilitarización del conflicto.
Hay que politizar y economizarlo todo. Tendremos más bazas si utilizamos instrumentos políticos y económicos. Los militares provocan una escalada de continuas reacciones de uno y otro bando que conducen un conflicto que nadie desea».