Kim Kardashian y Kanye West parecen seguir más enamorados que nunca. Así lo demostraron el pasado martes durante la ceremonia de entrega de los premios GQ británicos.
La pareja abandonó su mesa y se ausentó por un largo período de tiempo. Según reporta una fuente al diario The Sun, ambos salieron nerviosos y agitados del baño para personas discapacitadas. «No sabemos si estaban manteniendo una discusión o simplemente haciendo algo muy diferente», dijo la fuente.
De regreso a la ceremonia, la Kardashian se dirigió al escenario para ser galardonada con el premio a la mujer del año, pero al parecer los nervios se apoderaron de la estrella de telerrealidad y tomó la estatuilla equivocada.
«Espero que nadie se haya dado cuenta de eso», dijo al percatarse de que se estaba tomando fotos con el trofeo del cantante estadounidense Pharrel Williams.
AGENCIAS