Masiva protesta en EE.UU.

Más de un centenar de personas han sido detenidas este jueves en EE.UU. durante las protestas de trabajadores de cadenas de comida rápida. Los manifestantes tomaron las calles de más de 150 ciudades exigiendo mejores condiciones laborales.

Además de mejoras, los manifestantes exigieron un aumento salarial para que el sueldo mínimo alcance los 15 dólares por hora, así como la creación de un sindicato que pueda representarlos.

Según las primeras informaciones, hubo al menos 43 detenidos en Detroit, 24 en Chicago, 19 en Nueva York, 10 en Indianápolis y 7 en Miami, por mencionar algunas de las protestas, señala el portal ‘La Prensa Gráfica’.

«Haremos lo que sea necesario para que nos escuchen, porque no podemos esperar más», aseguró Brittney Berry, madre de dos hijos y empleada de McDonald´s, que está entre los detenidos en Chicago.

Llegar a fin de mes compaginando dos, tres o incluso cuatro trabajos

Los restaurantes de comida rápida son uno de los símbolos más famosos de la cultura de EE.UU. Sin embargo, detrás de las obligatorias sonrisas de sus empleados se esconden las tristes cifras de sus ganancias. Unos sueldos que los obligan a compaginar dos, tres o incluso más trabajos para simplemente llegar a fin de mes. Y es que la mayoría de estos empleados trabajan 40 horas semanales y cobran poco más de siete dólares la hora.

El cansancio ocasionado por tratar de compaginar varios empleos puede tener consecuencias trágicas. Para María Fernández, el intento de recuperar fuerzas entre dos empleos con unos minutos de sueño en su automóvil resultó fatal. El humo de los gases y el monóxido de carbono acabaron con su vida.

Sin embargo, el dinero que cobran a final de mes los altos cargos de las principales empresas de este sector es considerablemente superior al que reciben sus empleados.

Según algunas estimaciones, sus salarios pueden llegar a superar unas 580 veces los de los empleados de a pie.

«Tenía tan solo 32 años. Es horrible. Alguien debería hacer algo ¿qué clase de vida es esta?», dijo a RT Tommy Patron, un cliente del local de Nueva Jersey donde trabajaba María.