Sanciones contra Rusia: ¿tarea fallida?

Occidente acaba de adoptar un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, intentando que el presidente cambie su política internacional. Sin embargo, el efecto que han producido es prácticamente nulo, señala ‘The Economist’.

Las sanciones, que se están introduciendo poco a poco desde marzo, no han conseguido que cambie el curso político de Rusia. Mientras, las sanciones que adoptó Rusia en retaliación sí han afectado a Occidente.

Antes los blancos de las sanciones eran los oligarcas, pero EE.UU. ha entendido que esta estrategia no tiene muchos resultados, y en el futuro las sanciones podrían estár dirigidas a sectores enteros de la economía rusa, cita el medio británico a la experta en sanciones Judith Lee, de la empresa legal Gibson Dunn. Los clientes transnacionales de la empresa de Lee ya están buscando bancos y socios fuera de Rusia.

1. Finanzas

Occidente podría decidir sacar a Rusia del sistema interbancario de pagos SWIFT. Esta decisión, promovida por el Reino Unido, podría causar ciertos obstáculos a las empresas rusas que operan activamente en el extranjero. Aunque SWIFT es una institución privada y pertenece a los bancos miembros, es vulnerable a la presión de los gobiernos. Sin embargo, la medida provocaría inestabilidad financiera fuera de Rusia también, señala ‘The Economist’. Además, Rusia podría acudir a sistemas alternativos de pagos internacionales.

2. Energía

El sector energético de Rusia podría ser otro blanco para las sanciones. El 70% de las exportaciones de Rusia (es decir, 515.000 millones de dólares anuales) es petróleo y gas. Existe la tentación de hacer como con Irán: la prohibición de la importación del crudo iraní hizo caer las ventas de este hidrocarburo del país en un 60%, lo que a su vez llevó al país a la mesa de negociaciones.

Pero Europa no dependía del petróleo iraní. En contraste, Rusia proporciona cerca de una cuarta parte del gas consumido por Europa: Lituania, Estonia y Letonia dependen de él. Por eso la UE no tiene mucho interés en boicotear el sector energético ruso: es un arma en las manos de Rusia, no de Europa.

3. Defensa

La industria de la defensa es el segundo sector más grande de importación para Rusia. Pero sancionar este sector causaría poco efecto: Rusia tiene pocos compradores de sus armas en Europa y apenas tiene en EE.UU. Además, todo el equipamiento de defensa que Rusia necesita puede desarrollarlo en su territorio.

Retaliación

Además de sus propias acciones, Occidente debe considerar las posibles consecuencias de las sanciones que Rusia es capaz de adoptar en respuesta. El embargo a la importación de Rusia de ciertos productos agrícolas ha privado a los agricultores europeos de unos 8.700 millones de dólares, lo que ha provocado protestas por su parte y demandas de ayuda. Aparte, Rusia podría usar otro as que tiene en la manga, es decir, sanciones en la industria aeroespacial y de ingeniería. Podría prohibir la importación de coches y el uso de su espacio aéreo a las compañías occidentales.
Efectividad dudosa

Si la experiencia pasada puede enseñar algo, Occidente debería saber que las sanciones económicas pueden tener éxito parcial en el mejor de los casos, señala ‘The Economist’, que escribe que «la historia de las sanciones económicas está lejos de ser gloriosa».

Por ejemplo, aunque se considere que fueron las sanciones las que hicieron sentarse a Irán a la mesa de negociaciones, podría haberse debido más a la situación interna de Irán, a la demanda social de cambios que se había formado antes de la introducción de las sanciones.

El papel de las sanciones en el fin del apartheid y el cambio de régimen en Sudáfrica es objeto de debates candentes que llegan a nuestros días, recuerda el medio británico. Y finalmente, las sanciones y el embargo total a Cuba y a Corea del Norte tuvieron cero efecto en la política de estos países.