Un hombre de 42 años fue condenado por la justicia francesa a diez años de cárcel por haber asesinado a un compañero de celda en 2010 porque roncaba ruidosamente.
La víctima estaba bajo tratamiento médico y roncaba excesivamente, lo que provocó la animosidad de otros correligionarios en la cárcel de Vannes (oeste).Uno de ellos, Mickael Totsen, que cumplía condena por robos y otros delitos, lo estranguló.
La defensa quiso convencer al tribunal de que Totsen sufría dolores de espalda, insomnio y que estaba bajo medicación, «lo que pudo conducirlo a un estado paradoxal, que acabó en una pulsión agresiva de la que no se acuerda», explicó uno de los expertos citados a declarar.
El tribunal no aceptó esos argumentos y condenó a Totsen a volver a la cárcel.
VANNES, (AFP)