El símbolo flotante de la revolución rusa de 1917, el crucero museo Aurora, ha abandonado su lugar de amarre permanente en el muelle Petrográdskaya, en el río Nevá, en San Petersburgo. El barco está siendo remolcado hacia una dársena de la isla de Kronstadt, donde lo someterán a una reparación programada.
Por primera vez desde 1987, la mañana de este domingo los habitantes y turistas de la capital rusa del norte podrán contemplar el histórico buque de guerra en movimiento. Acompañado por cuatro remolcadores, el Aurora navegará río abajo a través de tres puentes levantados hacia la embocadura del Nevá en el golfo de Finlandia.