Ya los niños llevan entre mes y mes y medio de regreso a clases. Las tareas van en aumento y los padres vamos manejando nuestro tiempo, junto con el de los chicos, para que la asignación quede lista a tiempo y bien hecha.
Un reciente estudio de la Universidad de Harvard cuestiona la participación de los padres y su involucramiento en la vida escolar de sus hijos y llega a la conclusión de que ayudar a los niños a hacer las tareas no va a hacer que mejoren su rendimiento y que al contrario, puede perjudicarlos a la larga.
Y coincidirán conmigo en que estar ahí para nuestros hijos es importante. Hay casos de casos y ayudas de ayudas. Mi hija mayor va a la escuela pública y la tarea requiere la supervisión de un adulto, de paso así me lo exigen. Trato de que ella haga lo que puede y luego su papá o yo nos sentamos para darle apoyo en las áreas de problemas, que está claro que están ahí para forzar la presencia del adulto.
A mayor edad, más independencia escolar
Está en segundo grado y también estoy de acuerdo en que esa es su responsabilidad y que tiene que asumirla. El asunto es que es un hábito que se forma con el tiempo y en eso sí que los padres hacen la diferencia.
Según muchos educadores es mejor que los estudiantes averiguen por ellos mismos cómo hacer su trabajo y que los padres les ayudan a desarrollar buenos hábitos de estudio y de investigación en su lugar.
Los niños más pequeños pueden necesitar un poco más de ayuda con la tarea pero los niños mayores deben ser capaces de gestionar las labores escolares por su cuenta.
Los expertos recomiendan favorecer el ambiente de estudio, sin distracciones, con límite de tiempo e intervalos de descanso. No ver las tareas como un castigo o terminar haciéndoselas. Que desarrollen la actitud correcta ante el aprendizaje: a pesar de que puede ser un desafío, también es divertido.