EE.UU. y el Reino Unido realizarán un simulacro para verificar si sus sectores financiero y bancario siguen siendo vulnerables al problema de las instituciones ‘demasiado grandes para quebrar’ y para coordinar sus acciones en caso de un colapso.
El próximo lunes, los líderes financieros de los Gobiernos de ambos países simularán un fallo de una grande institución bancaria en Washington para probar la efectividad de las regulaciones bancarias de cada condado del país.
Las autoridades esperan que el simulacro sirva para que los funcionarios demuestren lo que han aprendido de la crisis financiera, de sus respectivas funciones y de cómo las nuevas prácticas deben proteger a los contribuyentes de nuevos rescates.
«Vamos a asegurarnos de que podemos manejar una institución previamente considerada como ‘demasiado grande para quebrar’. Esto demuestra lo lejos que hemos llegado en los últimos años para aumentar la resiliencia y aprender las lecciones de la crisis financiera», afirmó el canciller del Reino Unido, John Osborne, tras una reunión del FMI en Washington este viernes.
Han transcurridos seis años de la crisis financiera de 2008, cuando 700.000 millones de dólares de los contribuyentes fueron utilizados para rescatar a las instituciones en quiebra, además del costo de otros programas de rescate. Desde entonces en EE.UU. se han llevado a cabo algunas regulaciones, entre ellas la Ley Dodd Frank de 2010, que obligó a los bancos a elaborar planes para una supuesta reacción a una quiebra ordinaria.
El simulacro de la próxima semana, cuyos resultados se harán públicos, está diseñado para tranquilizar a los contribuyentes del Reino Unido y EE.UU., haciéndolse ver que su dinero no será utilizado de forma inapropiada la próxima vez queuna gran institución financiera resulta no tan grande para sufrir un colapso.