Con la beatificación este domingo de Pablo VI en el Vaticano son 13 los papas que han sido beatificados a lo largo de la historia de la Iglesia Católica, ya que antes se canonizaban directamente.
El proceso de beatificación de Pablo VI se abrió en 1993, quince años después de su muerte, y duró hasta este domingo, en que fue nombrado beato por el Papa Francisco. A la ceremonia asistió el papa emérito Benedicto XVI.
Hasta el siglo IV todos los obispos de Roma subieron a los altares. A partir de ese siglo fueron menos los papas proclamados santos y fue siglos más tarde cuando se introdujo la distinción entre beatificación y canonización.
El primer pontífice declarado beato fue el italiano Víctor III, cuyo papado duró alrededor de un año, 1086-1087.
Le siguieron el francés Urbano II, papa entre 1088 y 1099 que también fue beatificado; Eugenio III (1145-1153) elevado a la gloria de los altares por el papa Pío IX en 1872; el italiano Gregorio X obispo de Roma entre 1272 y 1276, que convocó el concilio II de Lyón, y el francés Inocencio V, el primer papa dominico, cuyo pontificado duró cuatro meses, de febrero a junio de 1276.
Benedicto XI (1303-1304) fue otro pontífice, también dominico, proclamado beato en 1736 y patrón de Europa en 1964. En 1870, Pío X beatificó al francés Urbano V, que fue papa entre 1362 y 1370 y en 1956, Pío XII proclamó beato a Inocencio XI, obispo de Roma entre 1676 y 1689.
Entre ellos, se encuentra San Pío V (1566-1572), quien fue beatificado por Clemente X, en 1672 y fue canonizado por Clemente XI el 22 de mayo de 1721.
Pío IX y Juan XXIII fueron los dos papas beatificados por Juan Pablo II el 3 de septiembre de 2000. Es el pontífice que proclamó la infalibilidad del papa durante el Concilio Vaticano I en 1870 y fue obispo de Roma entre 1846 y 1878, el segundo papado más largo en la historia de la Iglesia.
Juan XXIII, conocido como el «papa bueno», ejerció el pontificado entre 1958 y 1963 y dos años después de su muerte, en el transcurso del Concilio Vaticano II que él convocó, quisieron hacerle santo por aclamación. Tras ser beatificado en 2000, fue canonizado en 2014, junto con Juan Pablo II, por el papa Francisco.
En la actualidad, se encuentra abierto el proceso de beatificación de Pío XII, papa entre 1939 y 1958; y Juan Pablo I, cuyo breve pontificado duró 33 días, del 26 de agosto al 28 de septiembre de 1978.
El papa Juan Pablo II, obispo de Roma entre 1978 y 2005, adelantó a los anteriores y ello sin que el proceso esperara los cinco años preceptivos después de su muerte, como establece la norma vaticana.
En el caso del papa Wojtyla se pidió su canonización poco después de su muerte, el 2 de abril de 2005, e incluso se habló de canonización por aclamación popular, una fórmula prohibida en la Iglesia desde el siglo XV y que aplicaba el pueblo de forma espontánea antes de que fuera competencia de obispos y papa.
El caso del papa Wojtyla, canonizado en 2014 y cuyo proceso de beatificación se abrió en 2005, el mismo año de su muerte por deseo expreso de Benedicto XVI, no tiene precedentes en la historia de la Iglesia Católica.
En los últimos diez siglos ningún pontífice proclamó beato a su predecesor. Hay que remontarse a la Edad Media para encontrar casos similares. En la lista no se encuentra San Celestino V (1294 y renunció a su pontificado cinco meses después) pues fue canonizado en 1313 sin pasar por ser beatificado.