El sistema monopolístico de gigantes tecnológicos como Microsoft busca su propio beneficio y repercute negativamente en la competencia y nos priva la posibilidad de usar productos mejores.
Nuestra sociedad cree en el mito de ‘la economía de compartir’, un fenómeno sin inconvenientes ni costes. Según este mito, usamos los servicios como Google o Facebook gratis. Pero mientras pensamos que, por ejemplo, Amazon nos trae maravillas de todo mundo, lo que hace es solamente enseñar «un juego de manos», sostiene el escritor estadounidense Richard Escow en Salon.com.
El autor reconoce que son innegables las ventajas del servicio Amazon, que le pude ofrecer libros baratos y disponibles, si tiene Kindle o IPad, a lo que se une el hecho de que membresía ofrece aún más ventajas, como descuentos y entrega de artículos gratuita. «No hay que odiarse a sí mismo por el uso de estos servicios. Sin embargo, hay que darse cuenta de dónde vienen estas ventajas, quién las paga y qué efecto auténtico tiene sobre nuestra economía y cultura», comenta el esritor.
Amazon presenta un servicio barato o gratuito para hacerse con el monopolio del mercado. Y cuando obtiene el monopolio el proveedor empieza a usarlo para sacarle dinero de los usuarios, conjetura Escow.
El sistema operativo de Microsoft fue creado a partir de otro sistema llamado CP/M, pero el producto de Gates, junto con IBM, fue ofrecido a los clientes a solo 40 dólares, mientras los usuarios de CP/M tenían que pagar 240 dólares. En su sentencia contra Microsoft de 1999 el juez Thomas Penfield Jackson dictaminó que Microsoft posee el monopolio en el mercado de los sistemas operativos de los computadores personales, hace esfuerzos para protegerlo y también hace daño a las innovaciones y a los clientes, cita Escow la investigación del juez.
Según el autor, el precio de este comportamiento es extensivo pero difícil de mesurar. El monopolio se expresa en el aumento de la riqueza, ya que no hay competencia en el mercado. Además, se traduce en una mayor ineficacia de los productos, porque no hay otras compañías que podrían diseñar un producto mejor. Por ejemplo, los problemas relacionados con virus, o la ‘pantalla azul de la muerte’ podrían ser resueltos si una sola compañía no tuviera el monopolio y otro pudieran ofrecer su propio producto, que podría ser mejor, piensa Escow. En cuanto a Amazon, es cierto que la compañía no es un monopolio, pero está haciéndose poco a poco con todos los clientes, al igual que hace Facebook en el ámbito de las redes sociales. La firma ha demostrado su intención de convertirse en el único servicio en el mercado y cerrar el camino a otros servicios.
Compañías como Amazon y Facebook representan la culminación de la cultura de Valle del Silicio, la cultura que combina el anticuado modelo del sistema de monopolio pero con las tecnologías más modernas, concluye el escritor.