La derrota del partido demócrata del presidente Barack Obama en las elecciones parlamentarias de medio mandato dejan un sabor amargo pare el mandatario, pese a que éste intenta matizarla con un poco de humor.
Durante la rueda de prensa que ofreció este miércoles, Obama se mostró dispuesto a tomarse un whisky con el senador republicano Mitch McConnell, el próximo líder de la mayoría del Senado.
El origen de la broma se remonta de 2013, cuando durante la distendida intervención que los presidentes suelen hacer en la cena anual de corresponsales de la Casa Blanca, Obama ironizó con la idea de que, ante la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en el Congreso, le habían recomendado que se tomara una copa con McConnell, recuerda Efe.
Obama, que reconoció la derrota electoral en las elecciones del martes,en las que los republicanos lograron la mayoría en el Senado y ampliaron la que tenían en la Cámara de Representantes, tendrá que dedicarle más tiempo a McConnell y al líder de la Cámara Baja, John Boehner, para avanzar en la agenda legislativa.
«Estoy seguro de que voy a pasar mucho más tiempo con ellos ahora, porque esa es la única manera de que seamos capaces de conseguir hacer algunas cosas», dijo Obama en rueda de prensa en un tono ya más formal.
Interpelado sobre si estaría ahora dispuesto a tomarse una copa con el senador republicano, Obama aseguró que «disfrutaría tomando un whisky de Kentucky con Mitch McConnell», cuyo estado es productor de esta bebida.
La hora de los republicanos
Por su parte, el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, celebró la «histórica» victoria de su partido en las legislativas en las que quedó reflejado «el rechazo directo de los ciudadanos a la agenda» de Barack Obama.
Fue una noche histórica […] en la que se constató el rechazo directo de la agenda política del presidente Obama
«Fue una noche histórica […] en la que se constató el rechazo directo de la agenda política del presidente Obama», afirmó Priebus, durante una rueda de prensa en la sede del Comité Nacional Republicano en el Capitolio.
Priebus subrayó que, durante la campaña, «Obama dejó muy claro que sus políticas estaban en las papeletas».
Pues bien, agregó, «los votantes replicaron que no quieren tener nada que ver con esas políticas».
Aunque los pronósticos preveían una victoria conservadora, no se esperaba que fuese de esta magnitud. En este sentido, Priebus precisó que «es también una derrota clara del liderazgo disfuncional de Harry Reid», en referencia al hasta ahora líder de la Cámara Alta y senador demócrata por Nevada.
A falta de Alaska y Virginia, donde los resultados son aún demasiado ajustados para decantar el triunfo y se siguen contando papeletas; y de Luisiana, que celebrará el 6 de diciembre una segunda ronda para dilucidar al senador, los republicanos cuentan ya con 52 escaños frente a los 45 que tenían antes de los comicios.