Científicos del Salk Institute de California y del Hospital Clínic de Barcelona han encontrado la fórmula para reparar corazones dañados en una investigación cuyos resultados ha publicado la revista ‘Cell Stem Cell’.
El equipo de científicos encabezados por el español Juan Carlos Izpisúa, ha conseguido regenerar y curar corazones infartados de ratones reactivando la maquinaria molecular presente en las células cardíacas, informa Efe.
Ello ha sido posible gracias al bloqueo de cuatro moléculas que son capaces de inhibir los programas para la regeneración de órganos, proceso que abre la puerta a nuevos tratamientos para enfermedades cardíacas.
El doctor Josep M. Campisto del Hospital Clínic de Barcelona, que participa en este proyecto internacional, ha explicado que el estudio «ha demostrado cuáles son los mecanismos responsables de la regeneración cardíaca en mamíferos adultos». Desde Barcelona y en colaboración con Izpisúa, se plantean trasladar estos resultados a pacientes con cardiopatías severas e irreversibles.
La regeneración de órganos es un proceso fascinante que recapitula los procesos observados durante el desarrollo
«Sabemos que este tipo de estudios requieren tiempo y de muchas fases, pero estos resultados nos sitúan en un escenario sin precedentes. Hay que seguir trabajando», han comentado.
La investigación sugiere que, aunque los mamíferos adultos no son capaces de regenerar, por norma general, los tejidos dañados, estos pueden retener una capacidad latente que está presente durante el desarrollo embrionario, del mismo modo que lo hacen organismos inferiores en la escala evolutiva.
El misterio de la regeneración de órganos
En un comunicado del Hospital Clínic, Juan Carlos Izpisúa señala que «la regeneración de órganos es un proceso fascinante que recapitula los procesos observados durante el desarrollo».
«Aun así, a pesar de conocer cómo ocurre la embriogénesis y a pesar del hecho de que la información para generar cada órgano está presente de forma inequívoca en el genoma de mamíferos, los mecanismos que provocan la regeneración de órganos en mamíferos adultos siguen sin esclarecerse», agrega el científico.