El voluptuoso trasero de la cantante Jennifer Lopez (45) ha generado un gran nerviosismo entre los ejecutivos de la cadena ABC -encargada de retransmitir la gala de los premios American Music Awards el próximo domingo- al considerar que la coreografía que acompaña a su sencillo ‘Booty’ podría no resultar aceptable para la pequeña pantalla estadounidense, según informa el portal TMZ.
Por el momento, Jennifer ya habría recibido una lista de normas de lo que resultaría «aceptable» cuando se suba al escenario junto a Iggy Azalea (24) para interpretar su famoso sencillo. Además, los tres segundos de retraso en la emisión también ayudarían a censurar parte de su actuación si los movimientos de baile de las dos artistas se volvieran demasiado sugerentes.
La noticia del revuelo que ha causado su famoso trasero habrá hecho revivir a Jennifer algunos de los momentos más desagradables de su carrera en sus inicios en la industria del espectáculo, cuando sus curvas eran el centro de todas las críticas por ser demasiado «latinas».
«Cuando llegué a Los Ángeles desde el Bronx para comenzar una carrera como bailarina, actriz y cantante me di cuenta de que era diferente. Era latina ante todo, y mi cuerpo no se ajustaba a los cánones tradicionales. Tenía unas caderas muy anchas en comparación con mi torso.
Tenía unos muslos demasiado gordos y la gente me criticaba por ello. Ahora los traseros grandes están por fin de moda, pero antes todo era: ‘¡Estás demasiado gorda!'», confesaba la polifacética artista a E! News.