En la Diócesis de Siuna con gran gozo y júbilo recibió la ordenación del nuevo sacerdote católico Teófilo Jasiel Zamora Norori en la catedral pro témpore Nuestro Señor de Esquipulas, rodeado del clero de la diócesis de Suina y sacerdotes de Juigalpa y Bluefields.
Familiares y amigos llegaron a Siuna para ser testigos del segundo sacerdote nombrado en esta diócesis por su eminencia reverendísima monseñor Pablo Schmitz Simón, administrador apostólico de la diócesis de Siuna y Obispo de la diócesis de Bluefields.
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Teófilo Zamora Norori entró a la catedral en compañía de sus padres Verónica Norori y Teófilo Zamora, ambos originarios de San Jerónimo, Río Coco arriba, quienes expresaron estar alegres y contentos por llegar a Siuna y ver a su hijo que se entregó a la obra de Dios. También ingresaron con ellos el clero de la diócesis de Siuna y el monseñor Pablo Schmitz Simón.
Monseñor Pablo durante su mensaje a los feligreses se dirigió directamente al nuevo sacerdote diciéndole: "Teófilo usted pertenece a la familia sacerdotal y todo el pueblo de Dios es una familia no solamente su familia, sin duda alguna la familia es muy importante en su vida y sigue siendo una fuerza en su vida como sacerdote".
Teófilo Zamora Fúnez, padre del sacerdote ordenado, dijo "estoy muy alegre de estar en Siuna, yo soy de San Jerónimo y vine a ver ordenar a mi hijo, doy gracias a Dios por este camino que ha escogido para mi hijo".
Verónica Norori, madre del sacerdote ordenado, expresó: "estoy alegre de ser la fuerza para mi hijo, él ha entrado a trabajar para Dios, ha sido un hijo entregado a Dios por eso estoy feliz".
Nuevo sacerdote católico
El presbítero Teófilo Jasiel Zamora Norori en su primera declaración como sacerdote dijo: "es una gracia y una bendición para mí, porque el Señor va haciendo obras tan admirables en cada uno de sus hijos, el llamado al Ministerio Sacerdotal es para todos los que deseen dedicar su vida, es como una ofrenda agradable para Dios".
Este sacerdote hizo un llamado a los jóvenes a que no tengan miedo, que abran la puerta de su corazón a Cristo de par en par. "Nuestro caminar va poco a poco, el camino, jóvenes seminaristas es largo, pero corto cuando llevamos el amor al pueblo cristiano", afirmó Zamora Norori.