Yarumal, un pueblo del norte de Colombia encaramado en los Andes, la llama su «maldición». Sin embargo, esta anomalía genética puede, a costa de un enorme sacrificio y gracias a una aventura científica fuera de lo común, ayudar a curar el mal de Alzheimer.
Herencia de sus ancestros europeos, la «mutación paisa» (como se conoce a los habitantes del departamento de Antioquia, al que pertenece Yarumal) puede desencadenar de manera tan precoz como brutal el mal de Alzheimer, que, en su forma habitual, se presenta recién después de los 60 años.
Basta con que uno de los progenitores transmita a su hijo esta malformación, detectada en un gen del cromosoma 14, para quedar preso de esta terrible lotería: una posibilidad en dos de ser portador de la enfermedad, a veces incluso antes de llegar a los 40 años.
Como marcado por el destino, el doctor Francisco Lopera, un brillante neurólogo que pasó su infancia en Yarumal, recibió hace 30 años un paciente con estos síntomas en el hospital de Medellín, la capital regional.
Líder del Grupo de Neurociencias de la Universidad de Antioquia, se lanzó entonces a un inmenso desafío: encontrar un remedio para prevenir el Alzheimer. Este científico prueba desde hace algunos meses una molécula en un grupo de 300 pacientes sanos de entre 30 y 60 años, portadores de la «mutación paisa». Los resultados se esperan hacia 2020.
Hay mucho en juego. El Alzheimer afecta a más de 36 millones de personas en el mundo y, sin un remedio, podría extenderse a 66 millones en 2030 y 115 millones en 2050, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto supone un nuevo caso cada cuatro segundos, tres veces más que el sida.
YARUMAL, Colombia | AFP