En una noche de junio en el Dodger Stadium, el dominio que Clayton Kershaw mostró en cada apertura durante su histórica temporada del 2014 llegó a su punto culminante cuando el zurdo lanzó su primer no-hitter con una inolvidable actuación contra los Rockies.
Abanicó a 15 bateadores y no dio bases por bolas, la mayor cantidad de ponches sin otorgar un pasaporte jamás vista en un juego sin hit ni carrera. Esa fue simplemente una hazaña sin precedentes para Kershaw en una impresionante campaña que figura como uno de los temas más destacados de Grandes Ligas en el 2014.
Haber ganado el trofeo Cy Young y el premio al Jugador Más Valioso el mismo año no fue un logro sin precedente, pero sí fue un paso más de Kershaw rumbo a emular una de las carreras más ilustres para otro zurdo de los Dodgers que terminó en el Salón de la Fama: Sandy Koufax. Al igual que Koufax en 1963, Kershaw exhibió tal dominio sobre el montículo que le valió ganarse el doble reconocimiento de Cy Young y JMV, apenas el 11mo pelotero en la historia de Grandes Ligas en lograrlo y el mayor motivo por el cual las 27 aperturas de Kershaw fueron parte significativa del panorama del béisbol en el 2014.
En otros aspectos, Kershaw fue capaz de eclipsar lo que Koufax – o cualquier otro pitcher- había logrado. Con efectividad de 1.77, Kershaw no sólo terminó con el mejor promedio de carreras limpias las Mayores desde el 2000 y en la Liga Nacional desde 1995, sino también que se adjudicó su cuarta corona de efectividad de ambas ligas de manera consecutiva, convirtiéndose en el primer lanzador en conseguir dicha hazaña.
La clase de campaña que Kershaw tuvo en el 2014 fue bien reconocida una vez que fueron entregados los premios en noviembre. Antes de ser galardonado con el trofeo Cy Young y el de Jugador Más Valioso por la Asociación de Cronistas de Béisbol de Estados Unidos, el zurdo también hizo historia al ganar tres premios _Players Choice_ por parte de sus compañeros, incluyendo el reconocimiento como Jugador del Año de Grandes Ligas. Por supuesto, la cereza sobre el pastel de todos esos reconocimientos llegó en la forma de tres letras que todo pelotero desea ver junto a su nombre: JMV.
«No es para esto que jugamos, pero no lo tomo a la ligera», manifestó Kershaw. «Cuando los fanáticos corean M-V-P, es algo increíble. Te pone la piel de gallina. No sé si algún día podré acostumbrarme a todo eso».
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