Ser madre es algo que todas las mujeres llevamos en nuestro interior, cuando estamos preparadas para tener un hijo es como si una señal se encendiera en nuestra mente. También nos damos cuenta de la fuerza interior que tenemos y aprendemos a confiar en nuestro instinto de que podremos criar hijos sanos y felices.
Cada mamá puede decir desde su experiencia algunas verdades sobre la maternidad, las cuales es posible que otras madres compartan o no. Pero hoy quiero hablarte sobre algunas de esas verdades de la maternidad que todas compartiremos. ¡Espero que te gusten y que te sientas identificada!
#1 Te preguntarás cómo lo haces
Así es, llegará un momento (¡y más de uno!) que mirarás hacia atrás y te preguntarás cómo lo has hecho, pero lo mejor de todo es que te preguntarás «¿cómo lo he hecho tan bien?» Y es que en eso consiste la maternidad, enfrentar cada día los retos e incertidumbres que existan sobre cómo ser mejores madres para que nuestros hijos crezcan felices, contentos y queriendo a sus padres cada día más.
#2 Llorarás en silencio
Las lágrimas son una compañera fiel de todas las mamás del planeta. Dan igual los motivos, ya sea por salud, por educación, por preocupación, tristeza, alegría, o por lo que sea… Todas las madres lloramos, ¡no te avergüences de ello! Lo importante de llorar es que te desahogues para después buscar soluciones ante lo que te ha hecho llorar. De ese modo podrás aprender y mejorar.
#3 Tu corazón ya no te pertenece
Tu corazón, en el sentido figurado, el emocional, ya no te corresponde. Desde el momento en que un hijo nace se llevará una parte de ti para siempre. Siempre estarás pendiente de tu hijo, de su bienestar físico y emocional, hasta el último segundo de tu vida.
#4 No es lo que parece desde fuera
Es posible que creas que ser madre es cocinar, ordenar la casa, hacer las compras… ¡y nada más lejos de la realidad! Los niños son traviesos, ruidosos, juegan mucho y a todas horas, no se cansan (tú sí), ensucian, rompen y destrozan… pero sin lugar a dudas será lo mejor que te puede haber pasado jamás, y lo mejor de todo es que no los cambiarás por nada del mundo.