Las imágenes tomadas en Marte por el robot Curiosity de la NASA revelan semejanzas entre las antiguas rocas sedimentarias del planeta rojo y varias formaciones terrestres producidas por microbios, lo que sugiere que en el pasado Marte podría haber albergado formas de vida, expone un reciente estudio.
Nora Noffke, geobióloga de la Universidad de Old Dominion en Virginia (EE.UU.), comparó las imágenes captadas por el Curiosity en diciembre de 2012 en el lecho del lago seco Gillespie con las fotos de las superficies de sedimentos modernos estudiados y los fósiles más antiguos de los tapetes microbianos de varios lugares de la Tierra.
Su análisis, divulgado en la revista ‘Astrobiology’, revela unas significativas similitudes morfológicas entre las formaciones sedimentarias del lago Gillespie y las estructuras microbianas terrestres.
Con ello, la investigadora no afirma que las rocas marcianas tengan un origen biológico, pero tampoco lo niega. Para hablar con certeza sobre la procedencia biológica de estas estructuras, deberían analizarse en la Tierra, indica Noffke. La científica lleva 20 años estudiando las estructuras microbianas terrestres y el año pasado informó del hallazgo en Australia de los fósiles más antiguos descubiertos en la Tierra.