¿Has visto la expresión de emoción que un niño tiene cuando juega con plastilina? Este material plástico de colores vibrantes, moldeable en las manos, despierta la curiosidad y creatividad de los niños, y también desarrolla la motricidad fina y alivia el estrés. Conoce en detalle los beneficios que tiene para los niños el jugar con plastilina, a continuación.
Motiva la imaginación
Unas simples y muy sencillas varas de colores pueden despertar la imaginación de tu pequeño. Él será el encargado de darle la forma que se le ocurra o de intentar recrear con sus propias manos algún objeto o animal que le gusta. Tu hijo puede moldear desde un tierno gatito hasta un dinosaurio de color verde, o formas de galletas o hasta su personaje de dibujos animado favorito… ¡lo que quiera!
Alivia el estrés
Ya no es novedad que los niños también pueden tener estrés, muchas actividades extraescolares, conflictos familiares o la pérdida de un ser querido pueden ser los responsables de ese mal. Una forma de quitar el estrés (o aliviarlo), es realizar trabajos manuales. Así como a algunos adultos nos desestresa el pintar, tallar madera o arreglar el jardín, a los niños les desestresa juegar con plastilina. De hecho, los padres también podemos acompañar a nuestros hijos a la hora de moldear diferentes formas y figuras con plastilina.
Incentiva la motricidad fina
Si estas preocupada por no poderle dar a tu pequeño actividades que motiven y desarrollen su motricidad fina, con solo una barra de plastilina lo puedes lograr. Enseña a tu hijo a elaborar bolitas y palitos de plastilina, o el crear las formas que quiera. El beneficio se obtiene al mover las manos en círculos, hacia adelante y hacia atrás, eso hará que tu hijo desarrolle sus habilidades motrices.
Desarrolla la creatividad
Si quieres que tu hijo sea un gran visionario de su futuro tienes que dejarlo jugar con plastilina. Su mente comenzará a ser más creativa, tu pequeño comenzará a pensar ¿qué es lo puedo hacer con este pedazo de plastilina?, ¿cómo quiero que sea el muñeco que haré?, cómo puedo hacer diferente la casa que hice la otra vez? Aunque tu hijo esté en silencio jugando con plastilina, este tipo de preguntas pasan por su mente durante el proceso creativo.
Otras alternativas a la plastilina
Si tu pequeño aún no asiste al kínder pero quieres que experimente con la plastilina, te sugiero que comiences con algo más sencillo. Mezcla un poco de harina y colorante vegetal del que tú prefieras, agrega un poco de agua y bate la masa. ¡Listo! Ahora ya tienes plastilina casera, este tipo de pasta es totalmente inofensiva si tu pequeño llega a ponerla en su boca.