Decenas de líderes mundiales, entre ellos jefes de Estado musulmanes y judíos, marcharon tomados de los brazos el domingo en París y se sumaron a cientos de miles de franceses en un tributo sin precedentes para las víctimas de los ataques islamistas ocurridos esta semana.
El presidente francés, Francois Hollande, y los líderes de Alemania, Italia, Israel, Turquía, Gran Bretaña y los Territorios Palestinos, entre otros, avanzaron desde la Place de la Republique delante de un mar de banderas francesas y de otros países, en medio de intensas medidas de seguridad en la ciudad.
Gigantescas letras pegadas a una estatua en medio de la plaza decían «Pourquoi?» («¿Por qué?») y pequeños grupos entonaron el himno nacional la Marsellesa.
Unos 2.200 policías y soldados vigilaban las calles de París para proteger a los manifestantes de posibles atacantes, y había francotiradores en los techos de los edificios además de efectivos vestidos de civil entre la multitud.
Los alcantarillados de la ciudad fueron revisados antes de la vigilia y las estaciones del tren subterráneo en la ruta de la marcha fueron cerradas.
La manifestación silenciosa, que podría ser la más grande en París en tiempos modernos, refleja el profundo shock que se sintió en Francia y en todo el mundo por el peor atentado islamista en una ciudad europea en nueve años.