Los inversores están realizando apuestas muy grandes confiando en un dólar más fuerte en 2015. Sin embargo, esa estrategia de mercado podría llegar a ser un gran error, afirma el economista estadounidense Barry Eichengreen.
Los informes sobre el crecimiento de la economía de EE.UU. en un 5% en el tercer trimestre del año pasado, obligaron a los analistas e inversores a hablar de un mayor fortalecimiento del dólar estadounidense en 2015. Sin embargo, en una publicación de Project Syndicate, el profesor de la Universidad de California en Berkeley, y exasesor del FMI, Barry Eichengreen, advierte a los inversores del dólar que no se apresuren a alegrarse, ya que existen varios riesgos que podrían impedir el fortalecimiento de la moneda.
En primer lugar, tal vez el dólar se fortaleció como pudo, y la fe de sus inversores ya se ha reflejado en el mercado: el cambio de dólar ponderado por el comercio aumentó un 9%. Ante esto, sostiene el economista, sólo cambios en los fundamentos -la economía de EE.UU. supera el pronóstico de crecimiento o las economías de otros países se deterioran significativamente- harían que el dólar se fortalezca aún más. Si esto no sucede, el dólar es tan probable que caiga como que suba.
El segundo riesgo, según Eichengreen, consiste en que los inversores pueden haberse adelantado en la anticipación del endurecimiento de la política monetaria. De acuerdo con el experto, el Sistema de Reserva Federal de EE.UU. elevará las tasas de interés cuando esté seguro de que la economía esté llegando a un punto de plena capacidad. Y los últimos datos sobre la inflación -en particular la inflación de salarios- no contribuyen a la rápida adopción de esta decisión.
Y por último, las esperanzas de los inversores sobre la elevación de las tasas no se cumplirán si EE.UU. se enfrenta a nuevos problemas financieros, como los relacionados con la caída de los precios del petróleo. Los países exportadores de petróleo tienen grandes cantidades de bonos del Tesoro de EE.UU. Y si la disminución de los ingresos del petróleo obligara a los titulares a vender los bonos con el fin de liberar fondos para apoyar sus propias economías, el dólar se vería afectado negativamente, dice Eichengreen.