Inmediata fue la presencia de miembros de la Dirección General de Bomberos, sin embargo, ya no había nada que hacer pues las infernales lenguas de fuego originadas por un voraz incendio ya habían reducido a cenizas todo lo que encontró a su paso en una humilde vivienda propiedad de María Rodríguez León, de 33 años, ubicada en el barrio Carlos Núñez, de la entrada al hospital Lenin Fonseca, 8 cuadras al lago.
Según testigos y los inquilinos a quien doña María como buena samaritana les había dado donde habitar, manifestaron que a la hora del incendio no había nadie en la vivienda pues andaban en la pulpería y que las llamas fueron originadas por una chispa de un humero que habían puesto por los zancudos, mientras cocían frijoles.
Gracias a Dios en este descuido no se reportan víctimas humanas que lamentar aunque en la vivienda habitaban dos niñitos de 5 y 1 añito de edad, que afortunadamente andaban con su mamá haciendo un mandado, pero si pasó la factura de cuantiosas perdidas materiales dejando a esta humilde familia en la intemperie.
Los bomberos y peritos policiales mediante el escombro determinaran las causas exactas del siniestro, mientras la familia apela a los buenos corazones por ayuda ya que se quedaron únicamente con la ropa que andaban puesta.
Benedicto Balmaceda