Una ley que otorga prebendas a cubanos que emigran a Estados Unidos se convirtió en la manzana de la discordia entre funcionarios de ambos países que por primera vez se vieron las caras desde que las dos naciones decidieron restablecer las relaciones rotas durante cinco décadas.
La estadounidense Ley de Ajuste Cubano continúa «siendo el estímulo principal a la emigración ilegal, el tráfico de inmigrantes y las entradas irregulares a Estados Unidos», expresó un comunicado leído por Josefina Vidal directora general para Estados Unidos de la cancillería isleña tras reunirse con su contraparte estadounidense el miércoles.
La norma vigente desde mediados de la década de los 60, uno de los momentos de más hostilidad entre La Habana y Washington, ofrece a los cubanos que lleguen por cualquier vía a la vecina nación todo tipo de prebendas migratorias como residencia y ayudas, que ninguna otra nacionalidad obtiene para vivir en Estados Unidos.
Esta la ley promueve la politización de una emigración que se considera económica, una medida más del entramado de sanciones con la que busca presionar un cambio de modelo en la isla. Durante la jornada de conversaciones del miércoles, las partes realizaron su ronda migratoria semestral, en la cual dieron seguimiento a los acuerdos en la materia, los únicos que ambas partes tienen en vigor y que fueron firmados en 1994 y 1995.
Las delegaciones se volverán a reunir el jueves y buscarán sentar las bases para la futura normalización de relaciones y tocar asuntos de interés bilateral, lo que constituye los apartados más políticos de la serie de encuentros programados. Pese al enfrentamiento por la ley, las partes reconocieron públicamente algunos avances en el cumplimiento de los acuerdos como la entrega de 20.000 visas anuales de Estados Unidos para emigrantes cubanos y algunas facilidades para obtener permisos de visita.
«Cuba no está normalizando relaciones con los Estados Unidos, Cuba está restableciendo relaciones diplomáticas con Estados Unidos. El proceso de normalización es mucho más largo, mucho más profundo», dijo a periodistas un funcionario de la cancillería isleña que no estaba autorizado a dar su nombre.
LA HABANA (AP)