«Birdman», la obra del mexicano Alejandro González Iñárritu, se alzó ayer con la estatuilla al mejor reparto de película en los premios del Sindicato de Actores de EE.UU. (SAG), que reconocieron también a los elencos de las series «Downton Abbey» y «Orange is the New Black».
«Birdman» se llevó el premio más importante de la velada y la labor de Iñárritu detrás de la cámara fue alabada por sus intérpretes sobre el escenario del Shrine Auditorium de Los Ángeles (California).
«Este galardón es para Alejandro, para los productores y para todo el equipo. Estoy orgulloso de formar parte de este grupo», indicó Michael Keaton, protagonista de la cinta. Instantes después su compañera Naomi Watts tomó el testigo y dedicó el premio a Iñárritu, a quien calificó de «genio».
Emma Stone dijo que la distinción le parecía «absolutamente increíble», mientras que Edward Norton reflexionó sobre su profesión al explicar que «ser actor es divertido, pero es un privilegio ser un actor con trabajo. Y el honor es triple cuando actúas en algo tan bueno como ‘Birdman'».
La alegría no pudo ser completa para «Birdman» ya que Keaton vio seriamente mermadas sus posibilidades en vistas al Óscar tras caer derrotado en la categoría de mejor actor, donde se impuso Eddie Redmayne por «The Theory of Everything».
Los resultados de los SAG y los de los Óscar en este apartado han variado en tan solo cuatro ocasiones durante los últimos 20 años y han coincidido de pleno en la última década.
«Ha sido un año de interpretaciones extraordinarias y estar aquí es un privilegio» afirmó Redmayne, que dedicó el trofeo a todas las personas con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y a quienes han fallecido a causa de ella.
El actor también tuvo palabras para los familiares que acompañan a los enfermos y conviven con las consecuencias de la enfermedad.
«Gracias por recordarme la fuerza del deseo de vivir, del deseo de amar», indicó.
La victoria de Redmayne fue la única nota sorprendente en los premios cinematográficos, que volvieron a confirmar a Julianne Moore (mejor actriz por «Still Alice») como la gran favorita en los Óscar.
Lo mismo ocurrió con Patricia Arquette (mejor actriz de reparto por «Boyhood») y J.K. Simmons (mejor actor de reparto por «Whiplash»)
En el campo televisivo, «Downton Abbey» se llevó el título de mejor reparto de drama y «Orange is the New Black» hizo lo propio en el terreno de comedia.
La victoria fue doble en el caso de Uzo Aduba, miembro del reparto de «Orange is the New Black», que se hizo con el premio a la mejor actriz de comedia, donde competía frente a Julie Bowen («Modern Family»), Edie Falco («Nurse Jackie»), Julia Louis-Dreyfuss («Veep») y Amy Poehler («Parks and Recreation»).
Aduba, visiblemente emocionada, recogió el trofeo entre lágrimas y recordó a Jenji Kohan, creadora del formato que emite Netflix y cuya tercera temporada se emitirá a partir de junio.
William H. Macy puso su firma como mejor actor de comedia por «Shameless».
Asimismo, Kevin Spacey triunfó como mejor actor de drama («House of Cards») y Viola Davis se llevó el gato al agua como mejor actriz de drama por «How to Get Away With Murder» y con uno de los discursos más emocionantes de la velada.
«Gracias a los creadores de la serie por pensar que un personaje sensual, desordenado y misterioso podría hacerlo una mujer afroamericana de 49 años», sostuvo la intérprete.
Solo otra mujer negra había ganado previamente en esta categoría (Chandra Wilson por «Grey’s Anatomy»).
Además, Mark Ruffalo ganó como mejor actor de miniserie o película para televisión, por «The Normal Heart», y Frances McDormand se impuso en la categoría femenina por «Olive Kitteridge».
«Proclamo que si no la habéis visto, debéis hacerlo», apuntó divertida.
La ceremonia contó con un cálido homenaje a la actriz Debbie Reynolds, de 82 años, por su trayectoria. El premio se lo entregó su hija, Carrie Fisher.
«Gracias por este gran honor tan inesperado», comentó la mítica actriz, que admitió que la cinta favorita de su filmografía era «Singin’ in the Rain» (1952) y parafraseó una de las frases de «The Unsinkable Molly Brown» (1964), una de sus obras más recordadas.
«¡No estoy acabada aún!», declaró con emocionante rotundidad. EFE