En demostración de amor y agradecimiento a nuestra Señora de Candelaría, cientos de peregrinos decidieron celebrar el acto de fe que dio origen hace unos 22 años atrás.
Diversas demostraciones folklóricas, culturales y devocionales formaron parte de ese ritual con carácter penitencial en el cual se encienden y bendicen las candelas como signo del fuego vivo que deberá propagarse con mayor intensidad en sus vidas.
Este solemne encuentro con la advocación mariana de la Virgen de la Candelaria o Nuestra Señora de la Candelaria, resulta ser una de las festividades multitudinarias en la que fieles católicos recorren a pie con devoción unos 13 kilómetros sobre un terreno un poco escabroso, bajo las inclemencias del sol y del viento.
A su santuario acuden muchos con la confianza plena de que todas sus plegarias sean escuchadas y todas sus suplicas alcanzadas, por lo que la tradicional peregrinación sigue extendiéndose, apropiándose de los corazones de cada católico creyente.
Claudia María Chávez