El gobierno hondureño inauguró este jueves en el norteño municipio El Porvenir, una cárcel con capacidad para 2.000 reos que ayudará a descongestionar el colapsado sistema penitenciario, con un 65% de sobrepoblación.
La prisión, ubicada 100 km al norte de la capital, fue inaugurada por el presidente Juan Orlando Hernández, quien reconoció en su discurso que la cárceles hondureñas son «escuelas del crimen».
Hernández destacó que la nueva prisión será «un eje muy importante en la lucha por recuperar la paz y la tranquilidad del país», porque contará con instalaciones que ayudarán a la rehabilitación de los prisioneros, separando el delincuente cuya rehabilitación es difícil con los de menos peligrosidad.
Anunció que otras tres cárceles similares serán construidas próximamente en otras regiones del país.
La prisión de El Porvenir fue construida en siete hectáreas pero dispone de otras 96 para cultivos, y dispone de una cantera para sacar piedra de construcción, que será aprovechada con trabajo de los reos.
Las autoridades informaron que 1.800 prisioneros, procedentes de otras cárceles, serán instalados en las próximas semanas en 20 de los 35 edificios que conforman la cárcel.
Hernández destacó que la nueva cárcel «se complementa con 60 celdas de alta seguridad que están en cuatro batallones de Honduras».
Las cárceles de Honduras están catalogadas como «bombas de tiempo» y «escuelas del crimen» porque desde ellas se dirige el crimen organizado del narcotráfico, el sicariato, secuestros, extorsiones y robos de vehículos.
El peor problema que afronta el sistema es el hacinamiento de las prisiones, construidas para 8.500 reos y actualmente albergan cerca de 14.000. Con la nueva instalación la capacidad se eleva a 10.500.
El 14 de febrero próximo se cumplen dos años de la peor tragedia ocurrida en una cárcel hondureña, cuando murieron 361 reos en un incendio en Comayagaua, 80 km al norte de la capital.
El Porvenir, Honduras | AFP