Los caprichos infantiles pueden transformar la hora de comer en toda una pesadilla. Si alguna vez has visto una escena de este tipo, es probable que hayas pensando algo como: «Mi hijo nunca será así», «Eso ocurre porque los padres son demasiado permisivos» ¡Ah, querida amiga! Nada tiene que ver con una cosa o la otra, únicamente las cosas empiezan a suceder demasiado deprisa.
Pero como madre puedes hacer muchas cosas para evitar que tu hijo se convierta en un caprichoso con la comida. ¡No pierdas detalle de estos consejos! Ya verás cómo después me lo agradecerás.
Variedad de alimentos desde el primer día
Algunos padres piensan que no pasa nada con que el niño coma papilla todos los días, más cuando le gusta. ¡Error! Si bien es cierto que la hora de la comida debe ser un momento distendido y feliz para el niño, y comer cosas ricas generan esas instancias, tu hijo también debe tener la oportunidad de probar nuevos sabores.
Mientras tu hijo no pueda masticar, le puedes dar papillas con alimentos que pueda comer acorde a su edad y poco a poco dejar que vaya probando los sólidos con sus propias manos (¡cuando esté preparado!). Es posible que las primeras veces que le ofrezcas nuevos alimentos te los rechace, pero no te preocupes y no desistas, poco a poco irá aprendiendo a saborear y a disfrutar de ellas.
Para que tu hijo no coja adversidad a algunos alimentos, también es muy importante tu relación con él a la hora de comer. Por este motivo, deberás potenciar un clima de afecto y cariño en las horas de las comidas, y no obligarlo a comer cuando no quiere hacerlo.
Nunca digas «no te va a gustar»
Tendrás que eliminar esta frase de tu mente y de tu vocabulario porque, si piensas que no le va a gustar, ¿para qué debería probarlo? Deberás cambiar la perspectiva de pensamiento y pensar en positivo, que sí le va a gustar ese alimento.
Deja que sea tu hijo pruebe el alimento y sea él quien decida si realmente le gusta o no. Él tiene sus propias papilas gustativas.
No juzgues su reacción inicial ante la comida, dale tiempo para masticar y probar los alimentos. La primera vez siempre se mostrará algo aprensivo, pero cuanto más le animes más le va a gustar.
El que tu hijo no tenga caprichos a la hora de comer depende en gran medida de cómo lo tratas y qué le das de comer en sus primeras comidas. Anímalo a probar nuevos sabores, no lo prives de comer alimentos nuevos solo porque a ti no te gusten.