Directivos del fútbol mundial se reúnen esta semana en Catar para finalizar las discusiones en torno a las fechas en que se jugará la Copa del Mundo de Catar 2022. Parece que la conclusión está clara: el torneo más importante de la FIFA tendrá lugar de noviembre a diciembre por primera ocasión a menos que el organismo ceda a la oposición europea.
El martes en Doha, los poderosos representantes de los clubes europeos y las autoridades de la FIFA volverán a discutir sobre los problemas que se crearían si las competiciones que arrancan en agosto y culminan en mayo se interrumpieran.
Pero la decisión final corresponde al comité ejecutivo de la FIFA, por lo que no parece factible que se descarte la sugerencia de jugar el Mundial entre noviembre y diciembre, como lo planteó Joseph Blatter, presidente del organismo rector.
El presidente del COI, Thomas Bach, ya recibió la garantía de que el Mundial no interferirá con los Juegos Olímpicos de Invierno, en enero y febrero. El presidente de la Confederación Asiática de Fútbol, el jeque Salman Bin Ebrahim Al Jalifa, dijo el mes pasado que el cambio a noviembre y diciembre ya está acordado.
«Trabajamos para que el comité ejecutivo tome una decisión final en marzo luego de una última reunión con los líderes de la comunidad del fútbol», dijo recientemente el secretario general de la FIFA Jerome Valcke en relación al encuentro de Catar.
La Asociación de Clubes Europeos (ACE) y las ligas del continente, que propusieron que el torneo se juegue en mayo y junio, tendrán problemas para imponerse a la FIFA en estas últimas etapas.
Entre los 214 integrantes de la ACE hay molestia porque su posición quedó debilitada cuando la UEFA aceptó el cambio de fechas, por más que su presidente Michel Platini dice estar a favor de la fecha de enero ya descartada por la FIFA. Los clubes europeos acuden a Doha para dejar clara su oposición en lo que probablemente será la última reunión de un grupo de trabajo creado por FIFA para lograr consensos sobre el cambio de fecha.
Si la FIFA ratifica en marzo los cambios, entonces comenzará el proceso en demanda de compensación. Los clubes y ligas europeos quieren que FIFA pague por la alteración en las fechas de las ligas que son el sustento del fútbol y aportan a la mayoría de las selecciones participantes en la Copa del Mundo.
«Si cambiamos del verano a noviembre o enero sufriremos un golpe en nuestro negocio», dijo el presidente de la Asociación, el alemán Karl-Heinz Rummenigge. «Los clubes no podemos pagar ese costo, no estamos preparados para eso».
Parece que está cerca el fin del proceso que comenzó hace cinco años cuando los inspectores de la FIFA terminaron un recorrido por Catar y llegaron a la conclusión de que el terrible calor del verano representaba un gran riesgo para la salud de los jugadores. Sin atender a las advertencias el comité ejecutivo de la FIFA decidió en diciembre de 2010 que el Mundial se llevaría a cabo por primera vez en Medio Oriente.
Poco después Blatter aceptó que el torneo debía aplazarse para el invierno del Golfo Pérsico porque, pese a que se prometió que habría aire acondicionado en todos los estadios, el país entero no podría ser enfriado para recibir a jugadores, aficionados y autoridades.
Desde entonces la FIFA ha ido preparando el terreno para el cambio de fechas.
Una señal reciente al respecto se dio cuando la FIFA anunció la extensión de los derechos de televisión del Mundial hasta 2026 a las cadenas estadounidenses Fox y Telemundo. Fox había advertido en 2013 que había adquirido los derechos del Mundial de 2022 con el convencimiento que se iba a disputar en las fechas habituales de junio y julio. Se avizoraba un conflicto legal, ya que un Mundial en el invierno del hemisferio norte coincide con la postemporada de la NFL.
LONDRES (AP)