Caracterizar el tejido social dejado por el fallecido presidente, Hugo Chávez, denominado auténticamente como «chavismo», constituye hoy, a dos años de su muerte, una loable tarea, por ser el surgimiento de este fenómeno un elemento que logró cambiar la historia política de Venezuela.
No en vano, al cumplirse un aniversario más del deceso del jefe de Estado recordado por su vasta conexión con las clases populares del país suramericano, continúa siendo el chavismo un motivo de estudio e identidad para las organizaciones sociales, pero además una razón espiritual para gran parte de la población venezolana.
Y es que el político y militar, Hugo Chávez, logró iniciar un proceso de gran significación histórica para Venezuela, al impulsar una etapa de refundación en todos los ámbitos de la sociedad.
Como ejemplo de ello, destaca el impulso de un proceso Constituyente en 1999, pocos meses después de su arribo al poder gubernamental, el cual permitió adaptar la Constitución de la República a las demandas y necesidades reales de la población.
Además, resalta la reforma a la Ley de Hidrocarburos en 2001 que posibilitó la nacionalización de la estratégica empresa petrolera nacional, Petróleos de Venezuela (PDVSA), y con ésta la recuperación de la soberanía nacional.
En el plano geopolítico y alusivo a la política exterior, Chávez lideró la unificación de las fuerzas progresistas de la región latinoamericana y caribeña, a través de mecanismos como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en 2011; el acuerdo de Petrocaribe en 2004, la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y otras instancias integracionistas de gran prominencia.
Fue el 5 de marzo de 2013, cuando el entonces vicepresidente Ejecutivo y actual mandatario, Nicolás Maduro, notificaba sobre la muerte de Chávez, lo que generó que desde sectores de la derecha se augurara la disolución o resquebrajamiento de esta fuerza política.
Sin embargo, son múltiples los voceros que afirman que actualmente los seguidores del líder socialista, conservan un espíritu de unidad y lealtad, pese a un panorama nacional signado por un detrimento parcial de la economía, como consecuencia del accionar de grupos locales y foráneos en contra del gobierno.
Cabe destacar que el presidente Hugo, ingresa a la Academia Militar con 17 años de edad, logrando forjar durante su estancia en este recinto, la visión revolucionaria del poder. Como legado de su vida castrense, el dirigente deja el conocido «libro azul», en el cual se refleja parte de su trayectoria como integrante de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
También, el líder político alcanzó un nivel de conexión con el pueblo, que trasciende los parámetros racionalistas y se ubica en el plano de una religiosidad popular, y que en un primer momento constituyó un factor elemental para que la población excluida desde entonces recuperara su autoestima e identidad.
Millones de personas no sólo en Venezuela, sino a nivel global, se refieren en la actualidad a Chávez como a un hombre con un amplio y profundo legado. Resaltan como mayor característica del líder patriota, la recuperación semántica del término democracia, que alude al poder del pueblo.
Como sucedió hace dos años en las inmediaciones de la Academia Militar, cuando se evidenció el masivo agolpamiento de millones de personas -incluso de otras latitudes del mundo- para despedir al líder de la revolución bolivariana; hoy nuevamente esta cuantiosa fuerza social se reúne para recordar el ideario y ejemplo de Chávez, a quien denotan con el epíteto del «subversivo mayor».
CARACAS, (Xinhua)