La leche materna es el alimento más completo para los recién nacidos y actualmente no existe fórmula que logre emular su composición completamente. Y aunque es un acto muy natural, hay madres que lo interrumpen por cosas que escuchan al respecto.
Ya sea que estés embarazada o que ya tengas a tu bebé y sigas con dudas, puedes resolverlas preguntando a tu pediatra o a alguna organización prolactancia, como la Liga de la Leche, ambos pueden darte consejos para que pierdas miedos y pruebes este maravilloso proceso.
Mientras tanto, estos son algunos mitos que debes derribar para que tu lactancia sea exitosa:
#1 No tengo suficiente leche
Esta suele ser una frase muy empleada por muchas mamás, sobre todo por aquellas que son primerizas. Debes saber que cuando tu bebé tiene hambre, la leche se produce incluso al verlo o escucharlo llorar, gracias a las hormonas que se producen en tu cuerpo (prolactina y oxitocina) y que envían una señal a tu cerebro.
Por otra parte, tu cuerpo «elaborará la cantidad de leche que tu bebé necesite en cada una de sus etapas (recién nacido, dos meses, seis meses, un año), pero esto ocurrirá solamente gracias a la oferta y la demanda: entre más veces amamantes, más leche producirás.
La libre demanda es cuando no ves el reloj y ofreces el pecho antes de que el bebé llore. Si lo acepta es que tiene hambre (o sed) y si no, lo pedirá después.
#2 Mi bebé no se llena
Debes saber que el estómago de tu bebé es pequeñito, vamos, es del tamaño de su puño. Esto significa que se llena muy rápido y de la misma manera, se vacía (digiere el alimento) rápido. Es por ello que los bebés piden el pecho con mayor frecuencia que los bebés de biberón, y es completamente normal.
Incluso en los llamados picos del crecimiento -las etapas críticas donde hay cambios, por ejemplo, cuando el bebé ya puede darse solito la vuelta o levanta la cabeza- es cuando más demanda hay.
#3 La lactancia es dolorosa y esclavizante
Si tu bebé se prende bien al pecho, no tiene por qué haber dolor. Es cierto que al inicio puedes sentir incomodidad y es normal, porque tus pezones no están acostumbrados a esa continua manipulación, pero después no tendrás molestias.
En cambio, si sientes dolor e incluso hay otros problemas como enrojecimiento, dolor, inflamación, incluso fiebre o cambio en el aspecto o forma de tus pechos, acude de inmediato con tu médico. Pero a la primera molestia, consulta con un profesional en lactancia, porque lo más seguro es que no estés acomodando bien a tu bebé y por tanto esté lastimando tu pecho.
Por otro lado, la lactancia no es esclavizante: no hay nada más práctico que salir a cualquier lado sin tener que llevar biberones, esterilizador, agua, recipientes con fórmula y demás, porque todo lo llevas contigo. Tampoco tienes que levantarte a preparar nada, sino sólo levantarte la camisa o pijama y listo.
#4 Mis pechos perderán su forma
Los pechos solamente pierden su forma por dos razones: por la edad y por la falta de ejercicio. Al inicio tus pechos serán más turgentes y serás al menos una talla más, y una vez que se establezca bien la producción de leche los sentirás más flojos, pero es pasajero, porque con el tiempo volverán a su forma normal.
Para evitar problemas de flacidez, realiza ejercicios especiales para tonificar los músculosque sostienen los pechos.
#5 Después de los 6 meses, ya no es nutritiva mi leche
No es verdad. El cuerpo femenino produce la leche idónea para cada etapa de la vida de tu bebé: al inicio está el calostro, ese líquido claro y amarillento rico en proteínas y anticuerpos; después viene la leche, que tiene la cantidad exacta de proteínas, aminoácidos, enzimas, factores de crecimiento, células hormonas, inmunoglobulinas (que no están presentes en ninguna fórmula láctea ni en la leche de vaca), así como muchos otros componentes más.
Con todo lo anterior, comprenderás que la leche no puede perder sus valores nutricionales con el tiempo, si no la Organización Mundial de la Salud no la recomendaría como principal alimento el primer año de vida y menos recomendarla hasta los dos años.
Ya que sabes todo esto, ahora solo queda desearte que eches abajo los mitos y tengas una feliz lactancia.