La justicia española pidió sentar en el banquillo al Barcelona, a su presidente Josep María Bartomeu y a su predecesor Sandro Rosell por delitos de fraude fiscal y administración desleal en el fichaje de Neymar.
En un auto hecho público el viernes, el juez Pablo Ruz acusa al club y a los mandatarios de tejer una maraña de contratos cuyo único fin real era pagar la llegada de la estrella brasileña. El procesamiento es el último paso antes del juicio, que podría demorarse todavía unos meses.
El Barcelona defendió su inocencia en un comunicado, dijo que no hubo delito y anunció que recurrirá la decisión.
Ruz asegura que Rosell y Bartomeu idearon una trama «con la intención de ocultar el coste real del jugador». Según el magistrado, Neymar costó al menos 83,3 millones de euros (88 millones de dólares) y no los 57 millones (60 millones de dólares) que reconoció el Barsa.
La operación supuso un perjuicio al club, al no reflejarse en sus cuentas las cantidades reales de adquisición del jugador, señaló el juez. Pero también a la Hacienda española, que dejó de percibir los impuestos correspondientes.
«Rosell formalizó una serie de contratos a pactar con el Santos FC y con Neymar Jr., con diversos objetos y denominaciones y que, sin embargo, tenían una misma causa, el fichaje de Neymar Jr., y un único fin, el abonar a su club de procedencia y al jugador el precio del fichaje», dijo Ruz en el auto.
El Barcelona hizo un pago complementario de 13,5 millones de euros (14,2 millones de dólares) a Hacienda en febrero del 2014. Pero el juez estimó que ese dinero no exime de la comisión de un posible delito.
Al anunciar que apelará la decisión del juez, el club expresó en un comunicado su «extrañeza» por lo que describió como la «anormal celeridad con la que se están ejecutando los trámites».
El caso Neymar generó un terremoto institucional en Barcelona. Rosell dimitió tras ser imputado en enero del 2014. Bartomeu asumió el cargo, pero se vio forzado a convocar elecciones en junio al verse salpicado.
MADRID (AP)