Vancouver, una ciudad de la costa pacífica de Canadá, se ha puesto el objetivo de convertirse en la ciudad más verde del mundo en 2020, para lo que el Consejo municipal ha decidido pavimentar las calles de la ciudad con plástico reciclado.
El objetivo no es fácil para una ciudad de 600.000 habitantes, pero tampoco es fácil que el plan del ayuntamiento no nos asombre: para que las residentes locales vean los beneficios ‘medioambientales’, objetivos tan bonitos como «acceso a la naturaleza« o «cero residuos», se han propuesto la pavimentación de las calles con plástico reciclado, informa el portal Ecocosas.
Las botellas de agua, los envases de yogur y las bolsas de plástico no terminarán en el basurero, sino que serán derretidos y granulados para ser mezcladas con el tradicional asfalto gris.
Para el presupuesto municipal, este tipo de pavimentación tendrá un costo tres veces mayor al habitual.
«Valoramos la belleza de nuestro entorno natural», reza el mensaje principal del ‘ingenioso’ ayuntamiento de Vancouver.