El papa Francisco encabezó una procesión de Viernes Santo en el Coliseo romano que resaltó los sufrimientos de cristianos en el mundo.
Francisco ha lamentado reiteradamente la persecución de cristianos en el Oriente Medio, África y otras partes. Como reflejo de esas preocupaciones, entre los escogidos para turnarse llevando la cruz en la procesión estaban fieles de Irak, Nigeria, Egipto y China. Varias familias italianas también llevaron la cruz unos pocos pasos.
Parado bajo un toldo rojo, Francisco escuchó oraciones por el derecho a la libertad religiosa. Decenas de miles de turistas, peregrinos y romanos llevaban velas.
El Viernes Santo conmemora la crucifixión de Cristo.
Luego de varias ceremonias de Semana Santa, el papa celebrará la Misa de Domingo de Resurrección en la Plaza de San Pedro.
ROMA (AP)