Cuando Brandi McGlathery supo hace nueve meses que estaba embarazada, su marido, Troy, solo deseaba una cosa: que su futuro hijo no heredara su nariz.
45 semanas después, el que ya era el miembro más esperado de la familia llegó para demostrar que su fortaleza le hacía aún más especial. La pequeña Eli Thompson nació el pasado 4 de marzo en Alabama sin nariz ya que padece arhinia congénita completa, una enfermedad rara que solo tienen 37 personas en el mundo.
A pesar de que solo se da en uno de cada 197 millones de nacimientos, Eli se agarró a la vida desde el primer minuto. Si bien los médicos creían que el bebé no pasaría de esa noche, una traqueotomía le salvó la vida. Desde entonces, está maravillosamente bien y es un bebé feliz, ha confesado la madre a FoxNews.
La pequeña no solo no tiene nariz, sino que tampoco tiene cavidad nasal interna ni sistema olfativo. La única opción, según los médicos es practicarle después de la pubertad una cirugía plástica para reconstruir las vías nasales.
Hasta entonces, los padres de Eli no quieren someter a su hija a ningún tipo de intervención quirúrgica innecesaria. Ella es perfecta como es y quien decidirá qué hacer cuando sea mayor, asegura su madre.
Para la futura operación, la familia ya ha recaudado 4.300 dólares a través de una página de Facebook sobre Eli. En ella, una amiga íntima de la madre publica las últimas noticias del bebé.