Aclamado por grupos de seguidores, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, prometió este viernes llevar a su par Barack Obama el pedido de justicia de las víctimas de la invasión de Estados Unidos a Panamá de 1989, al visitar un barrio destruido hace 26 años por las bombas.
Cientos de personas, muchas de ellas con pancartas con mensajes de simpatía al fallecido líder venezolano Hugo Chávez, acudieron con Maduro a un acto frente al monumento en memoria de las víctimas en El Chorrillo, una populosa barriada en el sur de la capital panameña.
Maduro afirmó que llevará a Obama, en el marco de la Cumbre de las Américas que inicia este viernes, la carta en la que víctimas de la invasión exigen a Estados Unidos que «pida perdón al pueblo panameño por los abusos cometidos y las violaciones a los derechos humanos» y exigen una «reparación económica y política».
«Yo me comprometo con ustedes que le voy a entregar la carta al presidente Barack Obama. Tengan ustedes la seguridad», dijo, entre abrazos de sus seguidores.
En medio de fuertes medidas de seguridad con policías en los tejados, personas subidas en autobuses y camiones, Maduro llegó a El Chorrillo en compañía de su esposa, Cilia Flores, y depositó una ofrenda floral en el monumento a las víctimas.
«Se tiene que lograr justicia, Estados Unidos le tiene que pedir perdón a Panamá y América Latina por la invasión y tiene que indemnizar a todas las familias y comunidades víctimas de esa masacre», manifestó.
Más de 27.000 soldados invadieron Panamá el 20 de diciembre de 1989 para derrocar al entonces dictador Manuel Noriega, quien fue arrestado y cumplió 22 años de condena por narcotráfico en Estados Unidos y Francia, y hoy está preso en su país por la muerte de opositores durante su régimen (1983-1989).
Las autoridades panameñas hablan de unos 500 muertos, aunque organizaciones de derechos humanos elevan esa cifra a varios miles, sobre todo en El Chorrillo.
Ciudad de Panamá, Panamá | AFP