Al menos seis empleados de la ONU en Somalia, incluido un extranjero, murieron este lunes en un ataque de los islamistas shebab contra un autobús de la ONU en la localidad de Garowe (norte), capital de la región semiautónoma de Puntlandia, según la policía.
Cuatro de las personas fallecidas trabajaban para Unicef, anunció el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en un comunicado. Otros cuatro empleados de Unicef, heridos, están en «estado crítico». La agencia de la ONU los evacuó.
El jefe de la misión de Naciones Unidas en Somalia, Nick Kay, condenó el ataque en Twitter, y dijo estar «conmocionado y espantado por (estos) decesos». Ni él ni el portavoz de la ONU contactado en Mogadiscio confirmaron el balance aportado por un responsable policial de Puntlandia.
El presidente somalí, Hasan Sheij Mohamud, condenó también este «ataque brutal» contra «el futuro del país»: apuntando contra Unicef, los shebab atacaron también a los «niños somalíes», consideró.
Los insurgentes islamistas shebab reivindicaron el ataque. Un portavoz del grupo, Abdulaziz Abu Musab, explicó que al haber apuntado contra los agentes de la ONU había atacado a miembros de las «fuerzas de colonización de Somalia».
En Somalia, los shebab suelen atacar a los responsables gubernamentales, funcionarios, tropas de la Amisom y a empleados de ONG y de la ONU.
Mogadiscio, Somalia | AFP