Cuadrillas de rescate atendieron el lunes dos nuevas emergencias de inmigrantes frente a las costas de Libia, y una tercera embarcación encalló cerca de Grecia tras un fin de semana de desastres que se teme han dejado cientos de muertos, mientras altos funcionarios europeos buscan formas de contener la ola de tráfico de inmigrantes procedentes de África y el Medio Oriente.
El primer ministro italiano Matteo Renzi criticó lo que calificó de un «aumento importante en los viajes de la muerte», y pidió una respuesta europea unida para combatir la crisis humanitaria en el Mediterráneo.
Al calificar la tragedia del fin de semana de «algo que lo cambia todo», Muscat dijo que «si Europa no trabaja junta, la historia la juzgará muy mal».
Mientras tanto, han salido a la luz nuevos detalles sobre el desastre en que se cree perecieron ahogadas por lo menos 700 personas, un saldo que de confirmarse sería la peor tragedia de migrantes de que se tenga noticia. Fiscales italianos dijeron que cientos de personas estaban encerradas y no pudieron escapar cuando la desvencijada embarcación zozobró frente a la costa de Libia.
Un sobreviviente, identificado como un bangladesí de 32 años, dijo que 950 personas iban a bordo del barco cuando naufragó cerca de la costa libia, y sólo un puñado fue rescatado con vida. Salvi dijo que el sobreviviente no tenía manera de verificar número, y que la Guardia Costera calculaba que había 700 personas a bordo, con base en sus observaciones.
En un incidente separado, por lo menos tres personas, entre ellas un niño, perdieron la vida y 93 fueron rescatadas cuando una embarcación de madera con docenas de inmigrantes que salieron de Turquía encallaron en la isla griega de Rodas.
Libia es el punto de tránsito para los migrantes que huyen de conflictos, represión y pobreza en países como Eritrea, Níger, Siria, Irak y Somalia, y el aumento de la inestabilidad, unido a una mejora en las condiciones del clima, hace que más personas se lancen al peligroso cruce.
MILÁN (AP)